viernes, diciembre 29, 2006

30 de Diciembre


¿Por qué mentir? Así comienza su cumpleaños. Más viejo y pidiendo una cerveza.

Amigos: El Lémur, al igual que todos los años, más o menos por estas mismas fechas, se encontrará de cumpleaños. Así que no escribirá ni “posteará” nada. Nada lógico ni congruente (posiblemente). Sus neuronas andan un poquito indispuestas últimamente.

Una vez más, echará mano de la excusa inventada de que nació entre el 29 y el 30 de diciembre, para comenzar a celebrar lo antes posible (semejante argumento, no es más que una simple argucia, por supuesto…)

De manera que: Desde ya, Don Lémur se encuentra celebrando.

¡SALUD!

viernes, diciembre 22, 2006

Regalitos pa' los panas



Preparando:

Navidad, que rica fecha
Días para dar y recibir
Preparativos a toda mecha
Momento para el corazón abrir.

Me visto de “Santa” y salgo
Tengo mucho por hacer
Corro a ver si consigo algo
Donde los regalos meter.

Improviso un vetusto trineo
Con el coche que mi hija no usa
La lista de amigos releo
Y espero a que se avispe mi musa.

Ya tengo el transporte y el saco
El traje es el del pasado año
Por reno tengo un perro flaco
Le pongo cuernos pero primero lo baño.

Con prosas voy llenando mi bolsa
Para los amigos nuevos, los bloggeros
Y desde mi asiento lleno de molsa
Les dedico estos versos dicharacheros.

Ven acá perro macilento
Déjate poner estos cachos
Vamos a aprovechar el buen viento
Pa’ llevar regalos a los muchachos .


Los Regalos:


A Eduardo un Gran Danés
a ver si le quita el susto
que le ponga silla y arnés
y lo cabalgue con todo gusto

A Isa una gran mariposa
para que la monte y vuele bien alto
se adentre en la noche hermosa
y caiga en la luna de un salto

A Ophir una bella nube abultada
una donde quepan sus sueños
y que le sirva a veces de morada
para huir de miedos y desdeños

A Fedosy un paquidermo errante
pintado en una linda postal
para que le acompañe en lo adelante
en su eterna lucha contra el mal

Para ti Sapita
un charco nuevo
para que pases tranquilita
navidad y año nuevo

A I. Centeno
un Mazinger Zeta
y un vodka del bueno
para que se moje la jeta

A Urreola una camarita
para que haga muchos videos
y a su amigo Richita
una sopa con fideos

A Echeto una pluma poderosa
para que siga escribiendo cuentos
alegrando con su prosa
y a otros dando alientos

Suave caricia no te olvido
promete tu hacerlo igual
te regalo conmovido
un fuerte abrazo virtual

Al Capo, el ingeniero poeta
unas tijeras de jardinero
o quizás una escopeta
por si pelea con el carnicero

Para Naky una chistera
con conejo adentro y todo
para que la use cuando quiera
sacando historias a su modo

A los Chang, Hermanos Chinos
macanas, manoplas y cachiporra
para que partan muelas y dientes caninos
y a más de uno envíen a la porra

Si me quedó alguien por fuera
fue por mi frágil memoria
sepan que se les quiere de igual manera
y que son parte de esta historia



A todos, una feliz navidad y una hermosa noche de paz y amor en compañía de sus seres queridos...







jueves, diciembre 21, 2006

Presentación al público de Postales sub sole


Anoche estuve en la presentación al público del libro “Postales sub sole” de Fedosy Santaella, ganador de la Bienal de Literatura José Rafael Pocaterra, en su mención Narrativa, según decisión unánime del jurado compuesto por Alexis Márquez Rodríguez, Israel Centeno y José Napoleón Oropeza.

Agradezco mucho la deferencia que tuvo el Bróder Fedosy, al invitarme. Puedo decir que entre libros, personalidades y vinos, disfruté del perspicaz y avezado discurso de un Israel Centeno que hizo un intento por apelar a la imaginación para no tener que hacer uso de la “nefasta” chuleta, mas no tuvo éxito. Espetó un “no pude, no pude...” y seguidamente echó mano de sus apuntes.

La cosa se puso mejor cuando envió un reconocimiento a Koji Kabuto, el gran piloto y a Mazinger Z, el poderoso robot, pero no todo podía ser perfecto, le faltó hacer mención a las Tetas de Afrodita.

Luego intervino Roberto Echeto, quien descifró el porqué en el ambiente se sentía una extraña e invisible presencia, dando cuenta de un raro objeto que colgaba del techo del recinto a manera de adorno navideño. Una cámara, sí, la cámara oculta de los Hermanos Chang. Estábamos siendo observados (o vigilados?) muy de cerca por estos misteriosos personajes. Luego se “mandó” unas breves y sentidas palabras, referentes la obra de la estrella de la noche.

Ver al autor del libro, junto a su hijo y su esposa, celebrar su paso al estrellato, fue sencillamente una belleza y un momento poderoso (parafraseando un poco a Roberto Echeto). Sus palabras se limitaron a un sincero y parco agradecimiento, a todos, hasta a sus nalgas...
También aprovechó para lanzar una clara advertencia: "Los Hermanos Chang nos observan, así que no podemos cometer el más minimo error, ya que corremos el riesgo de ser eliminados de inmediato..."

Hablar del libro, es un compromiso para conmigo mismo, el cual honraré en un próximo post. Hacer lo propio con el autor, quizás resulte insuficiente, aunque se me ocurre una frase: Ingenio que derrota abulias y estulticias...

Los invito a que lean su obra:

El Elefante
Cuentos de Cabecera
Postales sub sole

Visiten su espacio:

http://fedosysantaella.blogspot.com/

O pregunten por sus talleres en:

Fundación ICREA

http://www.icrea.org.ve/

miércoles, diciembre 20, 2006

El Circo Kata-tónico (o De qué trata el cuento)


A este singular circo, lo integraba un peculiar grupo de personajes: El fakir eunuco, la mujer barbuda y anoréxica que sufría de alopecia, el enano drogadicto, la trapecista acrofóbica, el mago amnésico, el payaso hipocondríaco, la contorsionista artrítica y un alemán borracho y pendenciero que hacía de domador, presentador y director del circo. Su mayor arte era el de rascarse lo testículos y escupir al piso cuando estaba frente al público.

La carpa central permanecía sola, los asientos vacíos y la boletería sin vender. Así transcurrían los días en este sitio donde no había risas ni diversión.

Pero, qué podía hacer a un circo, un lugar tan triste. Simple: El fakir no tenía la “voluntad” suficiente para acostarse en una cama de clavos. El enano, adicto a la cocaína, se “crecía” cada vez que estaba frente al público. La trapecista no podía despegar los pies del piso y prefería “pasar por debajo de la mesa” . El mago, nunca lograba recordar donde había “escondido” los objetos que desaparecía(?). El payaso pensaba que la pintura podría producirle un cáncer en la piel, la nariz de goma le causaría asfixia, el traje de poliéster y satén le daría urticaria y que la peluca podía ocasionarle una atrofia cerebral al no permitir circular las ideas. Para colmo, el estar cerca de los niños, le causaba arritmia.

La contorsionista y la mujer barbuda, eran hermanas. Querían abandonar el circo ya que pensaban que su tiempo había pasado. La primera, ya vieja y cansada de tanto “doblar” el lomo, la segunda, sin “pelos en la lengua” ni en ninguna otra parte, decía sentirse cansada también.

Ambas hermanas, estaban enamoradas del domador, pero no querían enfrentarse por ese amor ingrato y no correspondido. Él, sólo amaba sus botas, el látigo y la botella.

El tiempo fue pasando y la oquedad del circo hacia mella en el ánimo de sus integrantes, y ni que decir de sus estómagos. La falta de dinero y de recursos, se reflejaba en una alacena vacía y una cocina con trastos limpios y sin uso desde hacía ya mucho tiempo.

Sin combustible para mover los camiones, ni fuerzas para recoger la carpa. Decidieron quedarse en aquel pueblo.

Los animales comenzaron a morir de hambre y enfermos. Lo que pudo ser tristeza, pronto se convirtió en oportunidad. Los del circo, habían conseguido comida.

Nada se desperdiciaba, la carne para el estómago, las pieles para cubrirse y los huesos para hacer bisutería y venderla. Así sobrevivieron un buen tiempo, el suficiente para olvidar el oficio circense. Atrás quedaron esas artes, fueron suplantadas por otras. No más luces y aplausos, ni risas, ni gritos. No más niños, ni trucos, ni redoble de tambor. Pero ¿Alguna vez los hubo? ¿Alguna vez, fue de verdad un circo? O ¿Siempre estuvieron esperando a que murieran los animales para poder comer?

El pueblo que los vio llegar, pronto se dio cuenta de que: ni pan, ni circo...

viernes, diciembre 15, 2006

El suplicio de Flojazo



Flojazo no quería ir a trabajar. Su suplicio comenzó a la hora de levantarse. Apagó los tres despertadores, cada uno con quince minutos de diferencia, se estrujó la cara tantas veces que le costó un poco ordenar nuevamente ojos, nariz y boca. Dio vueltas en la cama, prendió la TV, imploró a los Dioses para que mediante un imprevisto, se cambiaran los días y tocase en ese mismo instante, ser domingo.

Se quedó dormido frente a la poceta, lo sostenía el chorro de orina y casi se cae cuando culminó la micción. Comenzó sus acostumbrados estiramientos frente al espejo, traquetearon sus coyunturas y un largo bostezo se vio interrumpido por un sonoro silbido en tono grave, venido de la zona posterior de su cuerpo.

Cumplió su rutina de aseo personal con la mayor parsimonia, tomó el desayuno como si fuese su última cena. Dio todas las vueltas posibles tratando de retrasar su salida a lo máximo permitido por los cánones del buen empleado. Al final, lo ineluctable; salió a trabajar.

Flojazo pensó que el metro podía tener problemas, que el tráfico estaría más insoportable que otros días y que en resumidas cuentas, todos los sistemas de transportación estarían colapsados, así que decidió caminar. Con un lento y meditabundo andar, su cuerpo comenzó a tomar formas extrañas.

Sus ropas se transformaron en una túnica amarilla, su cabello desapareció, sus ojos se rasgaron y recordó que su verdadero nombre no era Flojazo sino Kualchan Ken.

El monje Kualchan caminaba hacia su monasterio, allá, al pie de la montaña Shaoshi. En su camino, aprovechaba para observar a las demás personas y reflexionar acerca de la vida, la muerte, la reproducción y el infinito.

Kualchan pensaba: “Quisiera vivir reproduciéndome infinitamente hasta morir...”

Sus sandalias pisaron los restos de una empanada de carne mechada y seguidamente desaparecieron la túnica, la calva y los ojos chinos. Flojazo se detuvo a esperar que la luz del semáforo cambiara.

Luz verde para el peatón. Sin embargo, los automovilistas hacían caso omiso a ello. Flojazo no podía cruzar la calle, los carros no se detenían. Un escalofrío comenzó a recorrer su cuerpo, empezó a sudar. Los efectos de la radiación a la que se vio sometido en su último viaje al espacio, cuando explotó accidentalmente uno de los reactores de la nave, dieron inicio a la inevitable transformación.

Dos metros de masa muscular petrificada se atravesaron en la vía. Varios autos colisionaron y los chóferes salían corriendo despavoridos. El guapo Ben utilizó sus poderosos puños de piedra para destrozar unos cuantos carros más. Así, aquel grupo de conductores irresponsables, egoístas e infractores, recibió su merecido. La Mole, prosiguió su camino haciendo temblar el piso con cada paso, hasta que alguien lo distrajo con un saludo a viva voz: -¡Epale Flojazo! ¿Cómo anda todo? ¿Vas pa’l trabajo? Ahora nos echamos una.

Flojazo se paró frente a una tienda, estaba observando unas prendas de vestir sin percatarse de que tres maniquíes comenzaron a tomar forma humana. En pocos instantes, tres hermosas mujeres abrían las puertas de la tienda y lo conminaban a pasar:

-Puedes tomar de acá, lo que desees. Incluso a nosotras...
-¡Eh! Me gustaría, pero no tengo dinero.
-No importa, nosotras estamos aquí para complacerte.
-Bueno, en ese caso. Quiero lo que todo hombre desea.
-Entonces comencemos.
-¡Hey! Señoritas, damas, chicas, ladies. ¿Qué hacen? Un momento por favor. Dejen la cremallera como está. ¿Qué? ¿Sexo oral? No. Bueno, esta bien, pero solo un poco ¡Jejé! Estoy apurado...

Al salir de la tienda, Flojazo estaba un poco contrariado. No entendía porqué una prenda con tan poca tela, podía costar lo mismo que uno de sus trajes. No comprendía tampoco el mal carácter de la robusta y bigotuda dependienta. Siendo muy temprano para soportar retrecherías y malas caras, Flojazo prosiguió su marcha.

La sed y el cansancio, obligaron a Abdul a entrar al caravasar. El Caballero Árabe fue recibido por el Sultán Azim, quien le ofreció un poco de té y unos dátiles.

El Caballero Árabe, se sentó a conversar con el Sultán. La conversación se vio interrumpida por las risas de un grupo de esclavas que se encontraban muy cerca de ellos. Azim le indicó a Abdul, que las llevaría a Fez para formar un nuevo harem.

Abdul, en su lujuriosa mente, recreó pasajes e historias de las mil y una noches en calzoncillos, corriendo detrás de aquellas lindas esclavas.

Uno de los sirvientes del Sultán, hizo que se desvaneciera aquél acto onírico, cuando demandó la atención del Caballero Árabe:

-¡Caballero! ¿Tendrá quinientos en sencillo, para devolverle dos mil?

El Caballero Árabe dejó caer unas monedas en la mesa y abandonó el caravasar, no sin antes despedirse de su amigo, el Sultán Azim.

-¡Coño! Ahora sí, que voy tarde. Pero es que no quiero ni llegar. ¡Qué vaina tan arrecha ser pobre! ¡Verga! Señor ¿por qué no me gano un kino?

Flojazo seguía con sus lamentaciones, mientras se acercaba cada vez más a su destino. Ya en la entrada del edificio donde estaba ubicada su oficina, Flojazo pensaba en el dolor de próstata que le causaba, el tener que hacer cola para abordar el único, de cuatro ascensores que funcionaba.

Miró hacia un lado, luego hacia el otro y en un descuido, de su muñeca salió disparada una red que lo hizo subir de un sopetón al piso dieciocho. Entró por la ventana, se quitó la mascara roja y negra y se guardo la araña negra que llevaba pegada en el pecho.

Algunos lo saludaban y le preguntaban cómo había pasado la noche. Otros se lo decían directamente: “Muchacho, tú como que no pegaste un ojo en toda la noche. Mírate esa cara ¿Cómo que te pasó un tren por encima? Tómate un café...”

Flojazo sólo sonreía, los demás no dejaban de tener la razón, pero no podía decir nada. El cómo había pasado la noche, era un asunto entre Lara Croft y él. El resto del mundo, podía permanecer tranquilo: -La amenaza de los mutantes esquizofrénicos, había sido anulada, mientras ustedes dormían en paz- pensaba Flojazo, en tanto se servía un café.

miércoles, diciembre 13, 2006

Hermanos Chang, informan:

Queridos amigos:

Disculpen la tardanza,
pero abrir una concretera es más difícil
que sacarse una cana con alicate

¡NO OBSTANTE!

¡YA ABRIMOS!

Entren, pasen a...

LA CONCRETERA DE LOS HERMANOS CHANG

Y dejen que les caiga encima un chorro espeso de emoción,
lindo regalo navideño de parte de nuestros benefactores


Que lo disfruten

viernes, diciembre 08, 2006

Niño Jesús bendito




Niño Jesús bendito
Niño santo y sincero
Haz que la pase bonito
Y sin pensar en este verguero

Niño Jesús bendito
Niño bueno y bienamado
Permíteme seguir tranquilito
Y conforme con el resultado

Niño Jesús bendito
Que llevas nuestros pecados a cuestas
Que no me llegue otro mensajito
De cómo quedaron las encuestas

Niño Jesús bendito
Te pido con fe y esmero
Que pase la tarjeta de crédito
Porque a “mi negra” se la tragó el cajero

Niño Jesús bendito
Niño de buenos modales
Por ahora ni rojo rojito
Tampoco azules rosales

Niño Jesús bendito
Mi lucero mañanero
Dame paz, mi angelito
Por lo menos hasta enero

Niño Jesús bendito
Toda la paciencia acumulo
Por si me toca el próximo añito
Llevar palo por ese culo

lunes, diciembre 04, 2006


Poseo una naturaleza en esencia pesimista. Sí, no puedo ser todo lo positivo que quisiera, lo admito. Sin embargo, comparo ese defecto con la falta del dedo meñique. Se puede seguir llevando una vida normal sin él, hasta se puede ocultar el padecimiento. Muchos tendrían que fijarse muy bien para darse cuenta, aun cuando el defecto (?) está allí.

La confesión viene a propósito de los últimos acontecimientos. Mucha esperanza, un mundo de ganas, alegrías y anhelos. Salir a decidir, a apostar por un verdadero cambio, por la inclusión, por la equidad y la igualdad, la tolerancia, el futuro.

Mi naturaleza hacía que una pequeña parte de mí, no estuviese totalmente convencida, mas sin reparar en ese pequeño detalle, salí a votar. Lo vivido en esta oportunidad, ayudó a reducir un poco más la negatividad. Gente en la calle, en la cola y dentro del centro de votación, que no tenía reparo en expresar su tendencia

Las encuestas, las marchas, las concentraciones, los comentarios, las tertulias a la hora del café. Todo parecía indicar que estábamos en la vía de lograr el triunfo, la verdad se impondría al fin. Pese a esto, la ansiedad reinó durante todo el día. Como dije anteriormente, en un pequeño rincón de mi cuerpo, se albergaba la duda, el miedo. No sé si era en mi estómago o en mis testículos, pero por algún lado andaba.

Quizás fue debido a ese poquito de miedo, que el resultado no me pareció tan extraño. Ese lado oscuro de mi ser, a lo mejor lo esperaba. A pesar de ello, no dejó de hacer mella en mi ánimo.

Los porcentajes dan cuenta de una amplia diferencia entre ambos polos. Diferencia que sigo sin entender dónde rayos está.

¿A que se deben las caras largas de esta mañana? ¿Dónde estuvo la gran celebración de ayer? Las largas caravanas de automóviles, el mar de gente abarrotando las calles, la gran fiesta a nivel nacional. La alegría. ¿Por qué mi buzón no está lleno de correos electrónicos, dando cuenta de un nuevo amanecer?

Anoche soñé con un ejército de zombis en estado de hibernación, que se mantenía oculto en algún lugar secreto. Un inmenso contingente de seres, liberados solamente en época electoral, y que salían con una única misión en mente.

Un proceso aparentemente transparente, cajas auditadas, presencia equitativa de testigos, observación de todas partes del mundo, militares apegados a la constitución y las leyes, la aceptación de los resultados por parte de la oposición. Sí, todo parece estar en orden. Sin embargo, sigo sin ver a esa gran mayoría alegre y esperanzada.

Desempleo, inseguridad, pobreza, mendicidad, anarquía, corrupción, nepotismo, demagogia, dádivas que sólo llegan a unos pocos, miedo, libertades que poco a poco se van reduciendo, controles y más controles, obras inconclusas, promesas de más restricciones, leyes anacrónicas, etc.

¿Y qué pasa? Quienes nos damos cuenta, somos una minoría. Podemos llenar calles, avenidas y autopistas. Podemos poner a vibrar un estadio de béisbol, hacernos sentir en un concierto o en cualquier espectáculo al aire libre, hacer colas desde las 3 de la madrugada y colmar los centros de votación. Aún así, somos minoría

¿Dónde está ese casi setenta por ciento que cree en utopías y movimientos trasnochados que nunca han podido demostrar su eficacia? ¡Ah! Lo que soñé anoche ¿Será?.

Todo esto me trae al principio, mi naturaleza pesimista. Ahora tenemos encima, no sólo a un poder absoluto, si no a un poder absoluto y relegitimado (por secula seculorum?) Dios salve a la naciente República Bolivariana y Socialista(?).

Que nadie me culpe o me reproche. Por ahora, tengo al menos el derecho de asumir mi despecho, mi barranco pues... Me veo en los próximos quince años, viviendo en la “Tierra Media” de Tolkien, bajo el dominio de Sauron. Ese espíritu maligno que después de cada batalla, sale más fortalecido.

Escucho a los pocos Orcos que conozco, regodearse de su triunfo. Me aíslo y me refugio en la música de Sabina. Le pido unas “Pastillas para no soñar” y que me cante “La Canción de las Noches Perdidas”. La melodía de Boss N’ Marley, también ayuda. Esta noche, a pesar de ser lunes, me tomaré un par de copas. Después de una ducha tibia, intentaré dormir.

-Mi amor ¿Tendrás todavía una de esas curitas para el alma?

Mañana. A pesar de mi negatividad, sabré que siempre habrá un mañana. Como la analogía de la falta del dedo meñique, sé que puedo convivir con esta cuita. Sé que servirá para que en algún momento, intente revelarme nuevamente.

Esperaré la llegada de un nuevo Hobbit; futuras alianzas entre hombres, Elfos y Ents. Espero poder librar otras batallas o que sea el mismísimo poder del anillo, quien se encargue de hacer justicia.

Además de la música, busco nuevos ánimos en la lectura. Por casualidad me topo con la vida y obra de José Martí. Sí, el prócer cubano. Debí sentirlo como una burla, creo que alguien de manera socarrona, introdujo ese link para reírse en mi cara. Mas el fin no se consiguió, todo lo contrario.

Quisiera compartir entonces lo que encontré:

"Contra la razón augusta, nada. Sobre el deber de dar empleo a las fuerzas que puso en la mente la naturaleza, nada. Ni rey sobre el derecho político, ni rey sobre la conciencia. Por encima del hombre, sólo el cielo."

"... el poder no es más que el respeto a todas las manifestaciones de la justicia"

"... Estos tiempos no son para acostarse con el pañuelo a la cabeza, sino con las armas de almohada(...): Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra"

A la gente que como yo, trata de escribir y a los verdaderos escritores:

"¡ A la política se le han de levantar las sábanas ¡ No vale celebrar a ciegas, ni censurar porque sí; sino estudiar con desinterés, y ver dónde están las llagas públicas, y ver dónde las del carácter. Un escritor ha de ser un salvador."

A mis amigos, que en algún momento pensaron en que “coger calle” era la salida:

"La América ha de promover todo lo que acerque a los pueblos, y de abominar todo lo que los aparte. En esto, como en todos los problemas humanos, el prevenir es de la paz."

Y finalmente, le que me hizo optar por recuperarme lo más rápido posible:

"La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida"

Un abrazo a todos y sigamos adelante...

viernes, diciembre 01, 2006

Simón dice...




Estos últimos días, he visto como personas que acostumbran a saludarme con un abrazo, un beso, un apretón de mano o una palmada en el hombro; al preguntarme cuál será mi opción para este 3D, quitan rápidamente su mano, voltean abruptamente la cara o salen en rauda escapada, cuando les respondo algo contrario a lo que esperaban. Tiempo es de que “...cesen los partidos y se consolide la unión...”

Hace unas semanas, vi como una familia abordaba su automóvil para dirigirse a un partido Caracas-Magallanes. Unos llevaban la franela de los Leones, otros la de los Navegantes. Ninguno se insultaba, al contrario, todo parecía un simple paseo. Reían, se retaban con sorna, pero todo en sana y santa paz, con alegría, con unidad a pesar de las diferencias. Tiempo es de recordar que: “La unión debe salvarnos, como nos destruirá la división si llega a introducirse entre nosotros”

Tengo amigos que están trabajando en mesas y centro electorales, hasta el momento en que estoy escribiendo esto, a sólo horas del proceso comicial, me cuentan que ambos bandos están muy equilibrados, y que el animo es el de trabajar en armonía y por un fin en común. Cierto recelo y en franca demostración de fuerzas, pero respetando espacios. Tiempo es de “... elevar el monumento consagrado a nuestra reconciliación, a la tregua y al derecho común de los hombres...”

Y un último pensamiento de nuestro Libertador:

“Compadezcámonos mutuamente del pueblo que obedece y del hombre que manda solo”.