martes, junio 26, 2007

El Winchester




.
.
Garabato era un muchacho de once años, desgarbado y de mirada triste pero con ideas vivaces.

Su origen humilde y la inopia en la que vivía, se traducía en una infancia con muy pocos juguetes y muchos sueños; por esta razón, sus necesidades lúdicas tenían que ser siempre resueltas a fuerza de imaginación e ingenio.

El muchacho vivía cerca de un aserradero, por lo que la madera fue una de sus materias primas a la hora de proveerse de un juguete. Además, su abuela le enseñó una suerte de origami con papel de periódico, el cual servía para reproducir revólveres y pistolas con fundas y correaje incluidos.

Un buen día salió a la calle, armado con una de esas pistolas de papel en el cinto y un listón de madera que a su manera de ver, era el facsímil perfecto de una escopeta de cacería.

Estando al acecho de un gran tigre dientes de sable, o quién sabe qué tipo de bestia fantástica, salvaje y peligrosa, desvió su atención hacia la casa de enfrente, de donde salió un niño con un rifle Winchester de culata blanca, cañón negro y recámara plateada.

El tiempo se detuvo en la jungla donde se encontraba. Aquel furtivo cazador, tenía una mejor arma que la de él. Ese era el rifle que todo ojeador experto, valiente y arriesgado debía tener; no un pobre niño enclenque y paliducho de unos dos años menor.

Después de seguirlo con la mirada por unos instantes, se le acercó al colega y entabló conversación.

Ya se conocían, pero no habían tenido la oportunidad de cazar juntos. Luego de contarle varias historias y convencerlo de que se uniera a su noble gesta; Garabato prometió suministrarle las mejores armas a fin de asegurarse el éxito en la campaña.

Una vez aceptado el ofrecimiento, Garabato salió corriendo a buscar periódicos y cinta adhesiva. En menos de lo que eructa un oso panda después de haberse atiborrado de brotes tiernos de bambú, el inocente cazador tenía a su disposición, sendos revólveres con sus respectivas revolveras y correa, todo a base de papel, y como si se tratase de una venta por TV, la oferta incluía un sombrero del mismo material, completamente gratis.

Aquel niño salió corriendo y disparando a diestra y siniestra, entusiasmado por la novedad de sus armas y el sombrero blanco y negro; su emoción era tal, que decidió ir a casa para mostrar la adquisición, momento que aprovechó el joven armero Garabato, para hacerse del preciado Winchester con culata blanca, cañón negro y recámara plateada.

Al rato, aquella combinación de vaquero con cazador, volvió con cara afligida y disconforme, pidiéndole a Garabato que le regresara el rifle, ya que su madre le había hecho ver lo poco conveniente y desproporcionado del trueque.

Garabato le ofreció una nueva arma, una pistola, aun más grande y poderosa que el par de revólveres, pero el niño, ya un tanto molesto e impaciente, exigió la entrega inmediata del hermoso rifle.

El Winchester fue devuelto no de muy buena gana, y menos al ver que la progenitora del niño se asomaba a la puerta de su casa para verificar que todo estuviese en orden.

El enclenque cazador pidió continuar con la aventura, pero Garabato le indicó que ya era inútil, todo había pasado; el feroz tigre dientes de sable, había caído abatido, víctima del certero disparo salido del cañón negro de un Winchester de culata blanca y recámara plateada.

jueves, junio 14, 2007

.
Ahora tendré que salir con esta “pinta”:
.
.
.
.
Negro: Para ser reivindicado.
.
Rojo: Para poder transitar libremente.
.
.
Darth Maul Gonzalez (Estudiante de la Universidad Sith)
.
.

martes, junio 12, 2007

¿Será muy difícil?

Imágen original de:
.
.
Por un período aproximado de tres años y medio, me tocó trabajar en la Junta de Condominio del edificio en donde habito. Ocupé todos los cargos, yendo desde vocal hasta presidente de la misma. Incluso, por un buen tiempo, tuve que encargarme de todos los cargos simultáneamente debido a la deserción del resto de los integrantes.

Es difícil complacer a todos por igual, esa es una verdad absoluta. Pero igualmente irrefutable resulta el hecho de que si nos ponemos del lado de la gente, escuchamos sus necesidades y demandas, y colocamos el deseo de servir y ayudar, por encima de una efímera sensación de poder, es mucho lo que se logra.

Recuerdo un caso que se presentó, referente a la construcción de un maletero. En el edificio, no todos los apartamentos poseen maletero en el área de estacionamiento; una vecina me planteó su necesidad y sugirió que junto al puesto donde paraba su automóvil, se podía edificar uno.

El espacio en cuestión, colindaba con el puesto de estacionamiento de otro vecino, por esta razón, invité a ambos a conversar, a realizar mediciones y estudiar la factibilidad de la construcción.

El vecino estaba dispuesto a ceder la mitad del espacio, a fin de que no le estorbara a la hora de aparcar. La vecina se empecinó en que debía ser todo el espacio.

Conversé con otros miembros de la comunidad y me encontré con que cada uno tenía una objeción:

“Si la dejas construir a ella, otros querrán hacer lo mismo y no hay más espacios disponibles.”

“La vecina debe 24 cuotas de condominio, si no tiene para pagar eso, ¿de dónde rayos va a pagar el nuevo maletero?”

“La gente se va a poner a buscar como loca, más sitios en donde montar su maletero.”

“Entonces me vas buscando el mío...”

Nunca me negué a escuchar los argumentos de la vecina, toda vez que vino hacia mí, la recibí de buena gana, a pesar de que la situación se estaba volviendo latosa. En la última conversación que tuvimos acerca del tema, le pedí que por favor se pusiera al día con el condominio, eso en primera instancia, luego que llegara a un acuerdo con el vecino del puesto de al lado, y por último, que se sometiera su solicitud a una consulta popular.

En ningún momento sentí que le estaba poniendo trabas injustas e innecesarias, tampoco dejé de escucharla y además, hice lo propio con el resto de la comunidad. El trabajo no llegó a hacerse y todo el mundo continúo tranquilo. Quienes tenían maletero, como si nada y los que no tenían, conscientes de la realidad que habían aceptado una vez que adquirieron su apartamento.

En otra oportunidad, me tocó lidiar con el problema de la inseguridad, tanto interna, como externa. Estábamos siendo victimas de constantes hurtos en el estacionamiento, y la entrada principal estaba un poco desguarnecida, sólo había un portón de madera y un espacio que facilitaba una emboscada a cualquier hora de la noche.

La solución que se planteó, fue la de colocar rejas. Casualmente, era la época en que se rumoreaba la posibilidad de que algunos sectores de la sociedad, amparados en no sé cuáles principios de “justicia y equidad”, vendrían a ocupar nuestros espacios, atentando contra la propiedad privada y los bienes obtenidos a punta de esfuerzo y sacrificio.

Fue una situación difícil. Nadie se ponía de acuerdo. Se convocó a una asamblea y muy pocos vecinos asistieron; aún entre los pocos que había, no se lograba consenso. Una vez más, propuse recurrir a la consulta popular; todos estuvieron de acuerdo.

Se realizó una primera votación que respaldó la puesta en marcha del montaje de las fulanas rejas, sin embargo, la minoría argumentó que eran muy pocas voces las que se habían escuchado. Convoqué a una segunda asamblea, la cual fue más concurrida. Una segunda votación, dio un mayor respaldo a la opción de enrejar algunos espacios.

En medio de un fuerte debate que se suscitó al conocerse los resultados, decidí realizar una encuesta puerta por puerta, en donde además, quedaría reflejada por escrito y a través de firmas, las posiciones a favor y en contra.

Por varios días me di a la tarea de visitar apartamento por apartamento y escuchar la opinión de cada quien.

“No es más que paranoia”

“Para qué más rejas, basta con las que tenemos en nuestro apartamentos”

Una persona me dijo que si por el fuera, no tendría ni siquiera vidrios en las ventanas. Que más bien “abogaría por abrir el paso a la suave brisa y el inocente viento...”

Muchos, por supuesto los que apoyaban la moción del enrejado, me conminaban a comenzar los trabajos, siendo evidente el respaldo de la mayoría.

Me mantuve firme en la decisión de hacer que todos de una manera u otra, intervinieran en la decisión. Una ves obtenidas todas las firmas, convoqué a una tercera asamblea. Como se esperaba, la mayoría estaba a favor de las rejas.

De nuevo, la discusión entre los presentes. Uno de ellos, sin atreverse a alzar su voz, se limitó a acercarse y mirándome fijo a los ojos, me acusó de hacer trampa. Esto me motivó a una segunda recolección de firmas, es decir, un “reafirmazo”. Este último esfuerzo lo hice todas las mañanas subsiguientes, por espacio de una semana y bajo la mirada inquisidora de quien injustamente me llamó tramposo.

Finalmente todos los trabajos de enrejado se hicieron, lo hurtos en el estacionamiento mermaron hasta el punto de que al día de hoy, mantenemos un índice de “cero”. La minoría a la final entendió que no se trataba de ninguna paranoia, ni se buscaba protección ante “hordas primitivas y salvajes”, era simplemente una cuestión de prevención y en pro de la seguridad del colectivo.

Como ésta, muchas otras historias de negociaciones, tolerancia y paciencia. Después de casi cuatro años en el ejercicio, no llegué a cosechar enemistades ni rencores. Separarme del cargo fue algo con lo que algunos no estuvieron de acuerdo, pero ya era hora de hacerlo.

Considero que mi condescendencia llegó al punto de recibir en mi casa, hasta en horario nocturno, feriado y de fin de semana, a cuanta alma apenada, afligida, molesta o compungida, le dio por tocar el timbre. Sin embargo, siempre traté de dar respuestas y nadie se fue con un “no” o un “si”, sin antes haber sido escuchado.

Todo esto fue sin contar con el apoyo del cien por ciento de la población, con escasos recursos debido a la alta morosidad que había para aquel entonces con el condominio, sin tener ningún contacto en la prefectura, ni detentar el respaldo de un consejo comunal o una junta de vecinos. El personal de vigilancia y de conserjería, aún cuando siempre mostraban simpatía por mi persona, con algunas acciones, parecían más bien estar en contra.

Yo me pregunto entonces, ¿será muy difícil para alguien que concentre todo el poder y cuente con los recursos suficientes, lograr que al menos la gran mayoría, pueda convivir en paz y trabajar juntos por un mejor futuro?

¿Será muy difícil, al menos escuchar? Seguramente no se podrá complacer a todos, pero sí atenderlos, sin menoscabo ni prejuicios. ¿Será muy difícil mostrar empeño en lograr que el resto entienda qué es lo mejor para todos, sin necesidad de forzar situaciones y a través del dialogo y la concertación?.

¿Qué así las cosas tardan un poco más en realizarse?, bueno, pero al menos se provee a la colectividad de la seguridad de que se le está tomando en cuenta para ello.

¿Será muy difícil?

.
.

lunes, junio 11, 2007


-Bien, y cómo es?
.
.
-Negrita, pelo "chicha", reeedooondaaaa...
.
.
-Ah! Entonces si es Venezolana. Vámonos
.
.

jueves, junio 07, 2007

.
.
¿En qué cree usted, que piensa el "muchacho" de la foto?
.
.
Opción A: "Nadie me quita el control"
.
Opción B: "¡Coño! ¿Y la Coconaza?"
.
Opción C: "¿Grupúsculo?"
.
Opción D: "Tengo que ver de dónde saco para seguir pagando el cable"
.
.

martes, junio 05, 2007

GRAFFITIS
.
.


.
.

“¡No al cierre!”
.
.
.......................................
El Botón
.
.
“Si cierran el canal, nos jodimos...”
.

......................................
Un panameño preocupado
.
.
“Espartanos, disfrutad del desayuno, porque esta noche cenaremos en el infierno...”
.
.
Un estudiante de la Universidad Nueva Esparta (o de cualquier otra...)
.
.

lunes, junio 04, 2007

Ellos lo dijeron...

"Es extraña la ligereza con que los malvados creen que todo les saldrá bien."
.

Victor Hugo (Poeta, escritor y político frances)
.

.
"Quien no castiga el mal, ordena que se haga."
.
Leonardo Da Vinci (Arquitecto, escultor, pintor, ingeniero e inventor italiano)
.

.
"El mundo no está en peligro por las malas personas sino por aquellas que permiten la maldad."
.

Albert Einstein (Científico nacido en Alemania y posteriormente nacionalizado como ciudadano Norteaméricano)

.
"Para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada."
.

Edmund Burke (Escritor y político británico)
.

.
"Lo malo cuando se finge bueno, es pésimo."
.

Sir Francis Bacon (Escritor, científico, filósofo y político nacido en Londres).

..
"Lo peor que hacen los malos es obligarnos a dudar de los buenos."
.

Jacinto Benavente (Dramaturgo y director español, Premio Novel de Literatura en 1922)

viernes, junio 01, 2007

El abuelo, ya no los verá más...


.
.
El abuelo Terencio, no se perdía por nada del mundo el programa cómico de los lunes en la noche; tampoco el de concursos de los jueves, ese en donde la gente gana plata a punta de conocimientos.

Creo que ya no los verá más. Después de graduarse de bachiller –hace un mes- comenzó a decir que finalmente entendió que ese tipo de programación, era altamente alienante y enajenante.

En estas noches llegó gritando: “Gracias a Dios, cerraron a la perola esa”.

-¿Cuál perola, abuelo? – le pregunté.
-Esa bicha, tan mala como el mismísimo sipote.
-Abuelo, qué bicha.
-La televisión mijo, la televisión. Esa cosa que no sirve para nada. Esa cosa que uno se sienta en frente de ella, y después de un rato, a uno lo que le provoca es salir corriendo.
-Abuelo, hasta donde sé, no han cerrado a ninguna “televisión”. Se trata de un “canal de televisión”, y dicen que no fue un cierre, sino un vencimiento del permiso para seguir transmitiendo; bueno, la cuestión es que salió del aire y esos programas de vieja data que tanto te gustaban, ya no los pasaran más.
-Qué me importa.
-Abuelo, pero al menos hasta hace un tiempo, no dejabas de apreciarlos.
-No, qué va. Los veía de vez en cuando...
-Que mentiroso eres, abuelo.
-La gente que hace esos programas, no son más que unos disociados.
-¡Caramba, abuelo!
-Es verdad, y no me digas que no. Lo que hacen es enviar mensaje subliminales en donde incitan a aborrecer a nuestro bien amado guía. Intentan llevarnos hasta los más bajos niveles de miseria intelectual. Nos conducen hacia el abandono y la ignominia. ¿Qué es eso de mostrar mujeres en trajes de baño o en falditas?, hombres disfrazados haciendo cualquier tipo de morisquetas, burlas hacia nuestro bien amado guía, criticas destructivas hacia nuestro bien amado guía. Se la pasan estimulando a la gente para que deseen ser unos vulgares ricachones, ¿qué es eso?. En lugar de hablar de paz, de amor, de armonía, justicia y equidad, de la verdad. Por eso es que los odio a todos, deberían estar presos, por facinerosos, los esmirriados esos. Urdiendo sublevaciones. Son unos birriosos ¡Que les corten la cabeza!
-Ya abuelo, cálmate ¿Toda es verborrea la aprendiste en el bachillerato intensivo?
-Y escuchando a nuestro bien amado guía.
-¡Mira abuelo! En el otro canal está comenzando el programa de variedades. Hoy es el concurso de chicas bronceadas; hay dos grupos de Reggaetón, un desfile de ropa intima femenina y la batalla de pasteles en la cara.
-Búscame una cervecita y la bolsa de papitas.
-Ojalá y no les dé por quitarle el permiso a este canal también.
-Siempre y cuando no se metan con nuestro bien amado guía...
-Abuelo, no te parece que esta programación se parece a la de...
-¡Cállate que comenzó el desfile!
-Abuelo, explícame eso del “bien amado guía”...
-Espérate a las “propagandas”.
-Abuelo, lo que decías de la justicia, la equidad y la verdad...
-Déjame ver el concurso quieres.
-Abuelo, ¿qué significa “disociado”?
-¡Coño, mira! Torta en la cara.
-Abuelo, si alguien no está de acuerdo con uno, ¿hay que cortarle...?
-Mira mijo, toma plata para el “cyber”, y te me vas.
-¡Cónchale! ¿Será qué ahora uno no puede expresarse?.
-¿Qué dijiste?.
-Nada abuelo, que ya viene el reggaetón...