martes, agosto 25, 2009

LA TIENDA DE MAGIA DE LOS HERMANOS CHANG

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Parece que esta vez se trata de dos, que andan buscando un tercero. No sé si para montar un Reality Show de Magia o, porque al Circo Chino le hacen falta magos. Lo cierto es que los Chang encargaron a sus traficantes de trucos y conejos hacer un casting, pero no como el de American Idol, porque se trata de Magia, no de... malos actos...

Adelante, Santaella y Urriola invitan a:
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miércoles, agosto 05, 2009


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El señor Bendayan, un buen día, harto y hastiado, decidió acabar de una vez y para siempre, con su existencia; por eso tomó el control remoto de su televisor, se lo puso en la sien y… se disparó un absurdo comercial de galletas para perros…
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miércoles, julio 29, 2009

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¿Tomaste ya el último sorbo de té? Qué bueno. Ahora recuéstate, descansa. No te preocupes por la taza, yo la recojo. Tu sólo cierra los ojos amor mío, y descansa… descansa en paz…
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lunes, julio 27, 2009

Y éstas qué se creen!

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Luego de su primer desfile como modelo profesional, Gwendolina Apricot alcanzó la fama de manera inmediata. En principio no lo creía pero, sí, era así. Al dejar la pasarela, los ramos de flores las copas de champagne las sonrisas hipócritas y el flash de las cámaras se lo confirmaron. Una vez dentro de su camerino, posó frente al espejo y se dedicó a si misma una mirada de diva, luego se rodeo con sus brazos prodigándose un merecido abrazo y soltó un enorme suspiro, que fue interrumpido por un par de vocecitas, o más bien murmullos, como cuando se intenta hablar con la boca cubierta por una mano.

-¡Nos debes esto!- Se oyó finalmente- De no ser por nosotras, no estarías aquí.
-Es cierto chicas pero, ¿hasta cuándo me lo sacan?
-Hasta siempre, hasta que lo reconozcas públicamente.
-¿Y ustedes creen que de verdad haga falta?
-¡Claro que sí!, todos tienen que saber que existimos.
-Lo que está a la vista no necesita anteojos…
-Pero es que sólo se les escucha decir: “¡Linda Gwendolina!” “¡Preciosa Gwendolina!” ¿Y nosotras? ¿En qué plano quedamos?
-Puedo asegurarles que en el primero, y también que mucha gente habla de ustedes, y que se fijan más en ustedes y… y que hay gente que ni sabe que tengo un lunar aquí, justo aquí debajo del mentón.
-Pues, no es gracias al mentón ni a ese estúpido lunar que estás en el lugar que estás.
-¡Bueno ya! ¿Será que no tuve que calarme a tanto viejo baboso y conseguir mis buenos reales para pagar por ustedes?
-Sí, pero…
-¡Pero nada!, a callarse las dos, y métanse otra vez en el sostén, miren que ahora viene una sesión de fotos…

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martes, julio 21, 2009

Ella y el tío

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Lo mató, luego de enterarse que ella, era el producto de una relación incestuosa entre su madre y su tío, quien además era el mejor amigo del padre del muchacho que conoció en el funeral de su abuela; curiosamente el muchacho no se parecía en nada a su papá, en cambio tenia mucho del amigo de su progenitor. Ella padecía un desorden psicológico a causa del abuso sexual del que fue victima durante su niñez. El victimario fue su tío. Su hermana sentía una fuerte atracción sexual hacia ese señor, por lo que presumiblemente, ambos también incurrieron en relaciones incestuosas. Ella no sabía que el muchacho del cual se enamoro (sí, el que conoció en el funeral de la abuela), era homosexual, y que muchas personas lo habían visto en compañía de, a que no saben quien... Ella ahora está arrepentida, pues, a pesar de todo, también quería mucho a su tío.

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lunes, julio 06, 2009

MINI CUENTOS CHANG

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Los hermanos Chang le han dedicado un número especial al minicuento. Este número está formado de tres partes. La primera, contiene los cuentos cortos y algunas teorías de sus siempre fieles colaboradores. La segunda, es la presentación de los minicuentos de los publicistas del primer taller de escritura creativa para publicistas del ICREA para el Círculo Creativos de Venezuela. La tercera, un dossier de lo que consideran son grandes minicuentos, junto con unos links de teoría.
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Disfrútenlo
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viernes, mayo 29, 2009

Allá afuera es igual (por eso estamos como estamos…)

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Todo el mundo dice que siempre hay que buscar el lado positivo a las cosas, es por eso que tratando de ver la parte buena de vivir en donde vivo (aparte de que “por ahora” es propiedad privada), encuentro que me facilita comprender la situación de mi país sin necesidad de salir de esos 21 pisos.

A ver amigo, te cuento que en mi edificio hay inseguridad, desidia, abulia, estulticia, desunión y pare usted de contar. Para muestra un botón: Ascensores, el mal de todos los edificios y dolor de cabeza de cualquier Junta de Condominio. Resulta que tenemos más de dos años con esos bichos dañados (los ascensores, no algunos habitantes del edificio ni los de la junta; bueno, de eso también hay) En varias ocasiones ambos se han detenido y la solución pues, ha sido utilizar las escaleras. “Es como subir al Ávila”, dicen los más entusiastas y optimistas, “un día de estos me van a conseguir desmayado, o muerto e’ bola”, advierten los más oscuros y agoreros. “La Junta de Condominio no sirve” “La gente no colabora” “Hay que convocar a una asamblea” “Hay que cambiar a la compañía que arregla los ascensores” (sic), etc., etc., etcétera. Entonces se convoca al pueblo, o mejor dicho, a los residentes del edificio, para que decidan todos en conjunto qué hacer. Los registros indican que deberían estar presentes 84 individuos en representación de las 84 familias que cohabitan el espacio, sin embargo la realidad es que como dicen, “siempre bajan los mismos cuatro gatos…” (Qué problema con la bendita abstención)

Los “cuatro gatos”, determinan que: “la junta está robando”, “la administradora está robando”, “la compañía que hace el mantenimiento está robando”, y todo el mundo está robando, de manera que el asunto hay que atacarlo de raíz, y para ello se llama a asamblea, y ahí se acaba con todas las “instituciones” para poner otras que sí estén interesadas en el bienestar social y la felicidad absoluta. Con las nuevas autoridades, organismos y procedimientos, ¡TODOS!, y vale decir, los que estuvieron y los que no, ¡TODOS!, esperan que las cosas, ahora sí, marchen bien. Retomemos ahora el ejemplo del ascensor. La primera decisión es que, como no hay presupuesto, se realizará una recaudación extraordinaria a fin de contar a la brevedad posible con los fondos suficientes para arreglar ambos artefactos.

Primer Round: “Nadie tiene plata”, “la situación está jodida”, “la vida cara”, “arreglemos uno primero, después arreglamos el otro”, “arreglemos uno primero, después, con calma, el otro”, “arreglemos uno primero, después, con calma, vemos cómo “parapeteamos” el otro”, “arreglemos uno primero, y con el otro… ¿de verdad hace falta otro?”.

Segundo Round: Con lo que se logró recoger (a duras penas y conste que muchos no colaboraron porque “no sabían”), pudo haberse arreglado uno, pero en pro del bienestar social, mejor se “parapetearon” los dos. “Viste que sí se podía, lo que pasa es que “lojótros” lo que hacían era robar…” Pasado un mes: “Es como subir al Ávila”, dicen los más entusiastas y optimistas, “un día de estos me van a conseguir desmayado, o muerto e’ bola”, advierten nuevamente los más oscuros y agoreros…

Tercer Round: “Señores necesitamos plata, pero esta vez sí que es para, ARREGLAR, no para remendar” “Bueno pero le ponemos un candado al ascensor y se le da llave sólo al que pague la cuota especial” “Arreglemos uno primero, y con el otro…” “¡Coño vas a seguir!” “Ah pero, yo no sabía, es que como aquí nunca dicen nada” “¡Que le corten la cabeza!”

Cuarto Round: Como Dios es grande y misericordioso, se logra echar a andar el sistema de ascensores, el cual trabajará de la siguiente manera: El impar ya no llegará hasta el 21 sino hasta el 19, y el par funcionara sólo en horario de oficina. “¡Genial!”, opinan los optimistas, “qué bolas, vamos a ver cuánto dura”, continúan los pajarracos de mal agüero. Con ligeras intermitencias en el servicio, el sistema mantiene su 80% de operatividad por espacio de tres meses, pasado ese tiempo se suscitan ciertos inconvenientes que obligan a aplicar pequeños correctivos: El impar ya no llegará al 19, ahora parará sólo en el 5, en el 7, en el 11, en el 13 se para también pero mejor que no lo usen ahí para ver si no seguimos empavados, y en el 17, “¡bingo!”, grita un optimista de ese piso. El par funcionara de ahora en adelante, tres horas en la mañana, dos en la tarde y tres en la noche, “¡qué cagada!” (Nunca falta esta expresión). Con intermitencias aún más fuertes en el servicio y pasado otro intervalo, tenemos que ahora el impar llegará hasta el piso 17, y de regreso, sólo de regreso, parará en el 11, nada más. El par sólo podrá ser utilizado en horas pico. “¡Funciona para mí!”, (malditos optimistas) “Yo sabía que esta vaina no iba a durar”, (agoreros de mierda).

Quinto Round: Desde hace unos meses, los optimistas ya no suben al Ávila, dicen que para qué, que ya no les hace falta, que esa vaina prácticamente la hacen todos los días (y ahora aderezan sus frases entusiastas con una que otra grosería; y se les ha comenzado a borrar la estúpida sonrisa) “¡Esta vaina se jodió!” (¡Coño!, tenían razón los agoreros). Lo interesante en este caso, es ver como después de haber transcurrido tanto tiempo, no se ha llegado a una solución definitiva. Sea por la causa que sea, la cuestión es que nadie se pone de acuerdo, y no existe unión ni solidaridad porque “a los de arriba” sólo les preocupa ver cómo carrizo hacen para llegar y permanecer vivos en el intento, mientras que “a los de abajo” no les importa porque, total, quienes están jodidos son “los de arriba” (“les ganamos una”, argumentan algunos).

Mientras esto pasa con los ascensores, puedo asegurarte, querido amigo, que si decides visitarme algún día, te percataras inmediatamente de la suciedad reinante en pasillos y escaleras, así como de lo desprovisto y descontento que se encuentra nuestro personal de vigilancia, y ni hablar de las fallas en cuanto a seguridad que todavía no se han atacado. Los de arriba y los de abajo, cada uno halando hacia su lado, y los que están en medio, ni pendiente mientras no sean muchas escaleras las que hay que subir, pero cuando la situación aprieta: “bueno qué cará, vamos a echarle pichón pero eso sí, no me metas en problemas con Carlos el del 3 ni con Josefina la del 19, tú sabes cómo es, con Dios y con el Diablo pa’ que nos dejen en paz…”.

¿Me preguntas por los de la junta?, bueno pana, la verdad es que yo no sé si roban o no roban, tampoco sé si lo hacen los de la compañía que arregla los ascensores; y los de la administradora son amigos míos así que… no chico, no creo. Además, yo no quiero problemas con nadie vale. El asunto es que la historia nos confirma una y otra vez, que los cambios siempre han sido impulsados por las masas. Claro que hay líderes, e instituciones, u organizaciones pero, sin el apoyo, el impulso o el reclamo de las masas, no son nada, ni se hace nada. Y no es que me esté poniendo filosófico ni contestatario, fíjate, yo al menos puse mi granito de arena en la última reunión de condominio que tuvimos: sugerí que cuando se dañaran por completo nuevamente los ascensores, invirtiéramos el orden en la numeración de los pisos, a fin de llegar más descansado al último porque sería en bajada.

Dos cositas para terminar: es impresionante nuestra capacidad de adaptación y acostumbramiento ante la adversidad y los trancazos, “bueno, al menos no son los 21 pisos, sólo son 18…”, “se jodió la bomba de agua, pero tranquilos que pa’ eso están los tobitos…”, “si me quitan esta vaina me voy pa’ donde mis viejos…”, “bueno, son las escaleras las que están sucias, no mi apartamento…”. Y, como te decía al principio hermano, lo bueno es que no tengo que salir a la calle, para comprender porqué, estamos como estamos.
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miércoles, mayo 06, 2009

Roles (nada que ver con comida japonesa, ni reloj de humilde mandatario)

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En la mañana tuve una conversación muy seria con Waldo. En esta oportunidad fui más directo y severo con él porque, es la quincuagésima vez que hablamos acerca del mismo tema (no sé cuánto es “quincuagésimo” pero suena a bastante y eso es lo que quiero que entiendan), y la verdad es que ya estoy harto. Mis reservas de tolerancia se han agotado así que, la situación amerita un cambio inmediato de actitud. Hable con parsimonia pero al mismo tiempo con determinación y mucha seguridad, para que me entendiera de una vez por todas. Le dije: “Waldo, es hora de que asumas tu rol y entiendas cuál es tu posición dentro del organigrama familiar. Es momento de que establezcas una clara diferencia entre derechos y deberes y comiences a comportarte como un miembro más de este equipo y no como un granuja que se aprovecha de la buena voluntad y el amor de quienes con él conviven. Vamos a ver Waldo, tomemos mi caso como ejemplo, fíjate, yo soy el padre, ¿cierto?, entonces tenemos que mi deber es proveer seguridad, cuidados y atenciones a esta familia, velar porque se sigan ciertas reglas y tratar de que exista un orden. Por otro lado, tengo el derecho a ser obedecido y a recibir ciertas atenciones ¿Lo ves?, yo estoy claro, tú deberías hacer lo mismo. Ahora bien Waldo, otras cositas que no debes olvidar: Soy yo quien puede y, debe dormir con su esposa. Es a mí a quien corresponde la mejor pieza de carne. Soy yo quien utiliza el sillón que esta en la sala frente al televisor. No tengo que esperar por ti para poder leer el periódico. Las pantuflas son ¡MIAS!, ¿entiendes?, MI-AS, ¿okey?”. Espero que haya entendido, y que en verdad recapacite, por nuestro bien y el de toda la familia, para que se mantenga el equilibrio, la paz, la armonía, la… ¡WAAALDOOOOO! ¡PERRO MUGROSO BÁJATE DE MI CAMA! ¿QUÉ HACE ESA PECHUGA DE POLLO EN TU MALDITO HOCICO? ¡SALE! ¡SAAAAAL DE AQUIIIIIIIIIII!


viernes, abril 03, 2009

Bolas de Helado

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Deseo se quemen mis neuronas,
y que se enfríen mis ganas de ahorcar personas.
Este país se durmió en la resaca,
y del letargo nadie lo saca.

Aquí la cosa pasa y no pasa,
aquí la gente trabaja y relaja.
Todo sube, nada baja,
vivimos al filo de la navaja.

Así es esto,
no hay manifiesto;
encierran al inocente
aplauden al funesto.

Seguimos haciendo maromas,
endureciendo la carne e ignorando hormonas.
“Qué te parece compay”, diría Rubén,
mientras muchos piensan, que todo está bien.

Cadena perpetua, pa’l que rezonga,
viene el “vivo”, y se lleva su “milonga”.
Si estás conmigo, tú estás bien,
si no lo estás, te veo en el andén.

Te empujo y te zumbo,
pa’que no chilles;
no quieren que subas,
más bien que te humilles.

No quiero que crezcas
más bien que perezcas,
que trabajes por poco
y que te vuelvas loco.

Es como piensan los que están arriba
y al de abajo lo engañan con la diatriba.
Que ser rico es malo, ser pobre es bueno,
hasta cuándo venden tanto veneno.

Estos versos no tienen métrica
más bien fonética;
más bien rabia guardada,
más bien impotencia enfadada.

Estos versos no tienen estilo,
su calidad, pende de un hilo.
Yo en realidad lo que quiero es gritar al cielo:
“¡Coño, saquemos las bolas del hielo!”

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Nota: Deseo también deslastrarme de la influencia de Tego y Calle 13... (Nooooooo, qué va....)