martes, agosto 15, 2006

jueves, agosto 10, 2006

Moncho y Chucha


Chucha, la de la cachucha
Le dijo a Moncho, el del poncho
De ésta, mejor no te doy mucha
Si seguimos así, te lo troncho

Moncho, el que tenía el poncho
Le respondió a Chucha, la de la cachucha
No quieras ver como me enconcho
Así que no te me niegues, Chucha

Luego Chucha, la de la cachucha
Previno a Moncho, el del poncho
Póngase entonces la capucha
Que ahora si es verdad que lo desconcho

¡Ay, mi madre! Dijo Moncho
¡Ay, la mía! Dijo Chucha
Por un lado cayó el poncho
Y por el otro, la cachucha

martes, agosto 08, 2006

El Blogomonstruo




Una mañana, después de tanto pensar y meditar, me atreví. Me dije a mi mismo “tu puedes” “anda, qué te cuesta?” “no tienes nada que perder”

Y me decidí. Aun con dudas, pero dispuesto a emprender esta nueva aventura, me decidí a crearlo.

“Tres gotas de caldo de maña, un poquito de genialidad concentrada y un leve toque para el corazón, así sólo me querrá a mi, solamente a mi...” Anduve canturriando durante toda esa mañana esta cancioncita, con una melodía que me transportaba a la niñez televisiva, esa de la cual guardo frescos, vívidos y caricaturescos recuerdos.

Le puse esmero y dedicación a la creación de lo que en ningún momento quise que fuese tomado como la representación de mi alter ego. Mucho menos como una extensión de mi propio ser o un registro ornamentado de mi sencilla vida. Únicamente se trataba de diversión, curiosidad por lo nuevo, sana experiencia enriquecedora, un reto, una prueba a mi intelecto.

Así nació, cobró vida. “El Blogomonstruo esta vivo...” - me dije – “Se levanta y anda...”

Me sentí contento y orgulloso cuando nació. “Buen trabajo” Me felicité a mi mismo. Definitivamente no sabia en que me estaba metiendo.

En cuanto pudo se soltó, y yo dije “Allá el...” Pero como todo padre, lo seguí de cerca, vigilando sus pasos, tratando de que no se diera cuenta. Sin embargo, antes de irse le di un cuadernito y le pedí que de manera ininterrumpida, llevara un registro de sus encuentros.

A ratos, me percato de que mi atención esta puesta sobre el, más de lo debido. Descuido otras cosas, por ver que hace, cómo está. Si otros se han topado con el ahora que anda libre. Me angustian esos encuentros.

Sin darme cuenta le conferí el derecho a querer regir mi vida, invadir mi espacio y tratar de consumirme.

El “Horrendo Huésped” como se le llamó a Frankenstein (me pregunto si Mary Shelley, pasó por esto) se siente con identidad propia y se vale de cualquier medio para imponer su criterio y obligarme a hacer lo que el quiere. Intenta desviar, alterar su destino y seguir un rumbo propio.

Eso si, el “Blogomonstruo” pide en su modo imperativo, que lo alimente. Y yo, que en su momento pensé que la nuestra sería una relación simbiótica del tipo mutualista, terminé envuelto en un parasitismo en donde la desventaja la llevo yo precisamente.

“El Engendro” exige carne y sangre, pero no de cualquiera. Exhorta con vehemencia a que sea la mía. Y yo, creyéndome un Prometeo del siglo XXI, hasta intente robar las “artes y dones” de otros para alimentar a mi creación, pero no pude engañarlo.

Me deprimo y caigo en desesperanza, cuando miro al “Blogomonstruo”. Lo observo sin regodearme, porque ya no es como al principio. Ahora es un imperfecto y no pretérito porque aun es “presente”. Está lleno de fallas, de cosas por arreglar, por ajustar, por perfeccionar.

El problema es que su imperfección ya lo hace intolerable, y más que su torpe imagen, su arrogancia. Su manera peyorativa de reflejarme. Su ambición por cosas propias, no inventadas.

Yo le di vida al “Blogomonstruo” para ponerlo en una jaula y exhibirlo, sin importarme un bledo realmente si alguien lo veía o no. Para representar lo banal, lo trivial, no a mi mismo.

De un articulo en Internet, donde se describe la obra de Mary Shelley “Frankenstein o el moderno Prometeo” , extraigo lo siguiente:

“... y, aunque nace inocente, su soledad y el horror y el desprecio que produce su contemplación a las demás personas le van convirtiendo en un ser brutal. Persigue a Frankenstein, destruye a su familia y es posteriormente perseguido por su creador que, responsable de su obra, trata de evitar otros males que la criatura pueda causar.”

Voy por el “Blogomonstruo” y me enfrento a la disyuntiva de si seguir alimentándolo o destruirlo y continuar con mi vida sencilla y tranquila.

Cierro con una perogrullada: “Fue bueno hasta que se volvió malo”

lunes, agosto 07, 2006

Lógica

"Si así fue, así pudo ser; si así fuera, así podría ser; pero como no es, no es. Eso es lógica."

Lewis Carroll



O sea que lo que pudo haber sido y no fue, pues simplemente no fue porque no pudo ser. Sin embargo, pudo ser, sí y solo si fue. Ahora bien, si no fue no es, porque si hubiese sido, pues sería...

miércoles, agosto 02, 2006

Carta a mi padre


Padre:

Hace más de veinte años que te fuiste. Extraño tu risa y tus charadas, extraño tu mano en mi hombro y las remembranzas de tu infancia. Como echo de menos tu voz consejera y tu imagen bonachona.

Cuanta falta me hace tu temple y tu aptitud ejemplarizante. Pero, lo que no extraño, padre mío. Lo que definitivamente, ya no me hace falta recordar, son aquellos momentos en los que necesite de tu apoyo y no lo conseguí. Aquellos pasajes de mi infancia, en los que a través de un grito ahogado y silencioso, clamé por tu justicia y no la hallé.
Fueron otras voces, ajenos comentarios los que escogiste escuchar y que te alentaron a propinar reprimendas sin razón.

Padre, como te odié cuando no me escuchaste…
Padre, como te odié cuando te fuiste…
Pero ya no más. Padre, ya no más…

Ahora estoy en tus zapatos. Intento ser padre, esposo y amigo. Ahora llevo una responsabilidad muy grande sobre mis hombros, y me enfrento al compromiso de no repetir, ni hacer míos viejos errores.

Me enseñaste, padre. Tu mensaje llegó. Tu esfuerzo no fue en vano y tu amor no se esparció en el aire. Se quedó concentrado en mi sangre y aun corre por mis venas.

El dar por amor, no solo lo aprendí de Cristo. Lo vivo por ti, tú me dejaste esa herencia y por ella es que trato de ser justo, trato escuchar.

Te fuiste, padre. Pero esa ida tenía un fin. Aun no la entiendo, pero se que tenía que ser.

Ya no te odio padre, ya no mas
Te fuiste y me dejaste, pero así tenia que ser
Ahora me reconforto en el recuerdo del ayer
Y en la memoria de quien me ayudo a crecer
Se que me miras desde hace tiempo atrás
Se que me sigues y que no te detendrás
Que caminamos juntos aun cuando no te pueda ver
Y es que te siento cerca cuando creo desfallecer
Ya no resiento padre, ahora solo te puedo querer
Ya no te odio padre, ya no más
La rabia y el dolor han quedado atrás

Mucho lloré por no poderme despedir, pero ¿Para qué? Si de algún modo, aun estas aquí...