viernes, diciembre 29, 2006

30 de Diciembre


¿Por qué mentir? Así comienza su cumpleaños. Más viejo y pidiendo una cerveza.

Amigos: El Lémur, al igual que todos los años, más o menos por estas mismas fechas, se encontrará de cumpleaños. Así que no escribirá ni “posteará” nada. Nada lógico ni congruente (posiblemente). Sus neuronas andan un poquito indispuestas últimamente.

Una vez más, echará mano de la excusa inventada de que nació entre el 29 y el 30 de diciembre, para comenzar a celebrar lo antes posible (semejante argumento, no es más que una simple argucia, por supuesto…)

De manera que: Desde ya, Don Lémur se encuentra celebrando.

¡SALUD!

viernes, diciembre 22, 2006

Regalitos pa' los panas



Preparando:

Navidad, que rica fecha
Días para dar y recibir
Preparativos a toda mecha
Momento para el corazón abrir.

Me visto de “Santa” y salgo
Tengo mucho por hacer
Corro a ver si consigo algo
Donde los regalos meter.

Improviso un vetusto trineo
Con el coche que mi hija no usa
La lista de amigos releo
Y espero a que se avispe mi musa.

Ya tengo el transporte y el saco
El traje es el del pasado año
Por reno tengo un perro flaco
Le pongo cuernos pero primero lo baño.

Con prosas voy llenando mi bolsa
Para los amigos nuevos, los bloggeros
Y desde mi asiento lleno de molsa
Les dedico estos versos dicharacheros.

Ven acá perro macilento
Déjate poner estos cachos
Vamos a aprovechar el buen viento
Pa’ llevar regalos a los muchachos .


Los Regalos:


A Eduardo un Gran Danés
a ver si le quita el susto
que le ponga silla y arnés
y lo cabalgue con todo gusto

A Isa una gran mariposa
para que la monte y vuele bien alto
se adentre en la noche hermosa
y caiga en la luna de un salto

A Ophir una bella nube abultada
una donde quepan sus sueños
y que le sirva a veces de morada
para huir de miedos y desdeños

A Fedosy un paquidermo errante
pintado en una linda postal
para que le acompañe en lo adelante
en su eterna lucha contra el mal

Para ti Sapita
un charco nuevo
para que pases tranquilita
navidad y año nuevo

A I. Centeno
un Mazinger Zeta
y un vodka del bueno
para que se moje la jeta

A Urreola una camarita
para que haga muchos videos
y a su amigo Richita
una sopa con fideos

A Echeto una pluma poderosa
para que siga escribiendo cuentos
alegrando con su prosa
y a otros dando alientos

Suave caricia no te olvido
promete tu hacerlo igual
te regalo conmovido
un fuerte abrazo virtual

Al Capo, el ingeniero poeta
unas tijeras de jardinero
o quizás una escopeta
por si pelea con el carnicero

Para Naky una chistera
con conejo adentro y todo
para que la use cuando quiera
sacando historias a su modo

A los Chang, Hermanos Chinos
macanas, manoplas y cachiporra
para que partan muelas y dientes caninos
y a más de uno envíen a la porra

Si me quedó alguien por fuera
fue por mi frágil memoria
sepan que se les quiere de igual manera
y que son parte de esta historia



A todos, una feliz navidad y una hermosa noche de paz y amor en compañía de sus seres queridos...







jueves, diciembre 21, 2006

Presentación al público de Postales sub sole


Anoche estuve en la presentación al público del libro “Postales sub sole” de Fedosy Santaella, ganador de la Bienal de Literatura José Rafael Pocaterra, en su mención Narrativa, según decisión unánime del jurado compuesto por Alexis Márquez Rodríguez, Israel Centeno y José Napoleón Oropeza.

Agradezco mucho la deferencia que tuvo el Bróder Fedosy, al invitarme. Puedo decir que entre libros, personalidades y vinos, disfruté del perspicaz y avezado discurso de un Israel Centeno que hizo un intento por apelar a la imaginación para no tener que hacer uso de la “nefasta” chuleta, mas no tuvo éxito. Espetó un “no pude, no pude...” y seguidamente echó mano de sus apuntes.

La cosa se puso mejor cuando envió un reconocimiento a Koji Kabuto, el gran piloto y a Mazinger Z, el poderoso robot, pero no todo podía ser perfecto, le faltó hacer mención a las Tetas de Afrodita.

Luego intervino Roberto Echeto, quien descifró el porqué en el ambiente se sentía una extraña e invisible presencia, dando cuenta de un raro objeto que colgaba del techo del recinto a manera de adorno navideño. Una cámara, sí, la cámara oculta de los Hermanos Chang. Estábamos siendo observados (o vigilados?) muy de cerca por estos misteriosos personajes. Luego se “mandó” unas breves y sentidas palabras, referentes la obra de la estrella de la noche.

Ver al autor del libro, junto a su hijo y su esposa, celebrar su paso al estrellato, fue sencillamente una belleza y un momento poderoso (parafraseando un poco a Roberto Echeto). Sus palabras se limitaron a un sincero y parco agradecimiento, a todos, hasta a sus nalgas...
También aprovechó para lanzar una clara advertencia: "Los Hermanos Chang nos observan, así que no podemos cometer el más minimo error, ya que corremos el riesgo de ser eliminados de inmediato..."

Hablar del libro, es un compromiso para conmigo mismo, el cual honraré en un próximo post. Hacer lo propio con el autor, quizás resulte insuficiente, aunque se me ocurre una frase: Ingenio que derrota abulias y estulticias...

Los invito a que lean su obra:

El Elefante
Cuentos de Cabecera
Postales sub sole

Visiten su espacio:

http://fedosysantaella.blogspot.com/

O pregunten por sus talleres en:

Fundación ICREA

http://www.icrea.org.ve/

miércoles, diciembre 20, 2006

El Circo Kata-tónico (o De qué trata el cuento)


A este singular circo, lo integraba un peculiar grupo de personajes: El fakir eunuco, la mujer barbuda y anoréxica que sufría de alopecia, el enano drogadicto, la trapecista acrofóbica, el mago amnésico, el payaso hipocondríaco, la contorsionista artrítica y un alemán borracho y pendenciero que hacía de domador, presentador y director del circo. Su mayor arte era el de rascarse lo testículos y escupir al piso cuando estaba frente al público.

La carpa central permanecía sola, los asientos vacíos y la boletería sin vender. Así transcurrían los días en este sitio donde no había risas ni diversión.

Pero, qué podía hacer a un circo, un lugar tan triste. Simple: El fakir no tenía la “voluntad” suficiente para acostarse en una cama de clavos. El enano, adicto a la cocaína, se “crecía” cada vez que estaba frente al público. La trapecista no podía despegar los pies del piso y prefería “pasar por debajo de la mesa” . El mago, nunca lograba recordar donde había “escondido” los objetos que desaparecía(?). El payaso pensaba que la pintura podría producirle un cáncer en la piel, la nariz de goma le causaría asfixia, el traje de poliéster y satén le daría urticaria y que la peluca podía ocasionarle una atrofia cerebral al no permitir circular las ideas. Para colmo, el estar cerca de los niños, le causaba arritmia.

La contorsionista y la mujer barbuda, eran hermanas. Querían abandonar el circo ya que pensaban que su tiempo había pasado. La primera, ya vieja y cansada de tanto “doblar” el lomo, la segunda, sin “pelos en la lengua” ni en ninguna otra parte, decía sentirse cansada también.

Ambas hermanas, estaban enamoradas del domador, pero no querían enfrentarse por ese amor ingrato y no correspondido. Él, sólo amaba sus botas, el látigo y la botella.

El tiempo fue pasando y la oquedad del circo hacia mella en el ánimo de sus integrantes, y ni que decir de sus estómagos. La falta de dinero y de recursos, se reflejaba en una alacena vacía y una cocina con trastos limpios y sin uso desde hacía ya mucho tiempo.

Sin combustible para mover los camiones, ni fuerzas para recoger la carpa. Decidieron quedarse en aquel pueblo.

Los animales comenzaron a morir de hambre y enfermos. Lo que pudo ser tristeza, pronto se convirtió en oportunidad. Los del circo, habían conseguido comida.

Nada se desperdiciaba, la carne para el estómago, las pieles para cubrirse y los huesos para hacer bisutería y venderla. Así sobrevivieron un buen tiempo, el suficiente para olvidar el oficio circense. Atrás quedaron esas artes, fueron suplantadas por otras. No más luces y aplausos, ni risas, ni gritos. No más niños, ni trucos, ni redoble de tambor. Pero ¿Alguna vez los hubo? ¿Alguna vez, fue de verdad un circo? O ¿Siempre estuvieron esperando a que murieran los animales para poder comer?

El pueblo que los vio llegar, pronto se dio cuenta de que: ni pan, ni circo...

viernes, diciembre 15, 2006

El suplicio de Flojazo



Flojazo no quería ir a trabajar. Su suplicio comenzó a la hora de levantarse. Apagó los tres despertadores, cada uno con quince minutos de diferencia, se estrujó la cara tantas veces que le costó un poco ordenar nuevamente ojos, nariz y boca. Dio vueltas en la cama, prendió la TV, imploró a los Dioses para que mediante un imprevisto, se cambiaran los días y tocase en ese mismo instante, ser domingo.

Se quedó dormido frente a la poceta, lo sostenía el chorro de orina y casi se cae cuando culminó la micción. Comenzó sus acostumbrados estiramientos frente al espejo, traquetearon sus coyunturas y un largo bostezo se vio interrumpido por un sonoro silbido en tono grave, venido de la zona posterior de su cuerpo.

Cumplió su rutina de aseo personal con la mayor parsimonia, tomó el desayuno como si fuese su última cena. Dio todas las vueltas posibles tratando de retrasar su salida a lo máximo permitido por los cánones del buen empleado. Al final, lo ineluctable; salió a trabajar.

Flojazo pensó que el metro podía tener problemas, que el tráfico estaría más insoportable que otros días y que en resumidas cuentas, todos los sistemas de transportación estarían colapsados, así que decidió caminar. Con un lento y meditabundo andar, su cuerpo comenzó a tomar formas extrañas.

Sus ropas se transformaron en una túnica amarilla, su cabello desapareció, sus ojos se rasgaron y recordó que su verdadero nombre no era Flojazo sino Kualchan Ken.

El monje Kualchan caminaba hacia su monasterio, allá, al pie de la montaña Shaoshi. En su camino, aprovechaba para observar a las demás personas y reflexionar acerca de la vida, la muerte, la reproducción y el infinito.

Kualchan pensaba: “Quisiera vivir reproduciéndome infinitamente hasta morir...”

Sus sandalias pisaron los restos de una empanada de carne mechada y seguidamente desaparecieron la túnica, la calva y los ojos chinos. Flojazo se detuvo a esperar que la luz del semáforo cambiara.

Luz verde para el peatón. Sin embargo, los automovilistas hacían caso omiso a ello. Flojazo no podía cruzar la calle, los carros no se detenían. Un escalofrío comenzó a recorrer su cuerpo, empezó a sudar. Los efectos de la radiación a la que se vio sometido en su último viaje al espacio, cuando explotó accidentalmente uno de los reactores de la nave, dieron inicio a la inevitable transformación.

Dos metros de masa muscular petrificada se atravesaron en la vía. Varios autos colisionaron y los chóferes salían corriendo despavoridos. El guapo Ben utilizó sus poderosos puños de piedra para destrozar unos cuantos carros más. Así, aquel grupo de conductores irresponsables, egoístas e infractores, recibió su merecido. La Mole, prosiguió su camino haciendo temblar el piso con cada paso, hasta que alguien lo distrajo con un saludo a viva voz: -¡Epale Flojazo! ¿Cómo anda todo? ¿Vas pa’l trabajo? Ahora nos echamos una.

Flojazo se paró frente a una tienda, estaba observando unas prendas de vestir sin percatarse de que tres maniquíes comenzaron a tomar forma humana. En pocos instantes, tres hermosas mujeres abrían las puertas de la tienda y lo conminaban a pasar:

-Puedes tomar de acá, lo que desees. Incluso a nosotras...
-¡Eh! Me gustaría, pero no tengo dinero.
-No importa, nosotras estamos aquí para complacerte.
-Bueno, en ese caso. Quiero lo que todo hombre desea.
-Entonces comencemos.
-¡Hey! Señoritas, damas, chicas, ladies. ¿Qué hacen? Un momento por favor. Dejen la cremallera como está. ¿Qué? ¿Sexo oral? No. Bueno, esta bien, pero solo un poco ¡Jejé! Estoy apurado...

Al salir de la tienda, Flojazo estaba un poco contrariado. No entendía porqué una prenda con tan poca tela, podía costar lo mismo que uno de sus trajes. No comprendía tampoco el mal carácter de la robusta y bigotuda dependienta. Siendo muy temprano para soportar retrecherías y malas caras, Flojazo prosiguió su marcha.

La sed y el cansancio, obligaron a Abdul a entrar al caravasar. El Caballero Árabe fue recibido por el Sultán Azim, quien le ofreció un poco de té y unos dátiles.

El Caballero Árabe, se sentó a conversar con el Sultán. La conversación se vio interrumpida por las risas de un grupo de esclavas que se encontraban muy cerca de ellos. Azim le indicó a Abdul, que las llevaría a Fez para formar un nuevo harem.

Abdul, en su lujuriosa mente, recreó pasajes e historias de las mil y una noches en calzoncillos, corriendo detrás de aquellas lindas esclavas.

Uno de los sirvientes del Sultán, hizo que se desvaneciera aquél acto onírico, cuando demandó la atención del Caballero Árabe:

-¡Caballero! ¿Tendrá quinientos en sencillo, para devolverle dos mil?

El Caballero Árabe dejó caer unas monedas en la mesa y abandonó el caravasar, no sin antes despedirse de su amigo, el Sultán Azim.

-¡Coño! Ahora sí, que voy tarde. Pero es que no quiero ni llegar. ¡Qué vaina tan arrecha ser pobre! ¡Verga! Señor ¿por qué no me gano un kino?

Flojazo seguía con sus lamentaciones, mientras se acercaba cada vez más a su destino. Ya en la entrada del edificio donde estaba ubicada su oficina, Flojazo pensaba en el dolor de próstata que le causaba, el tener que hacer cola para abordar el único, de cuatro ascensores que funcionaba.

Miró hacia un lado, luego hacia el otro y en un descuido, de su muñeca salió disparada una red que lo hizo subir de un sopetón al piso dieciocho. Entró por la ventana, se quitó la mascara roja y negra y se guardo la araña negra que llevaba pegada en el pecho.

Algunos lo saludaban y le preguntaban cómo había pasado la noche. Otros se lo decían directamente: “Muchacho, tú como que no pegaste un ojo en toda la noche. Mírate esa cara ¿Cómo que te pasó un tren por encima? Tómate un café...”

Flojazo sólo sonreía, los demás no dejaban de tener la razón, pero no podía decir nada. El cómo había pasado la noche, era un asunto entre Lara Croft y él. El resto del mundo, podía permanecer tranquilo: -La amenaza de los mutantes esquizofrénicos, había sido anulada, mientras ustedes dormían en paz- pensaba Flojazo, en tanto se servía un café.

miércoles, diciembre 13, 2006

Hermanos Chang, informan:

Queridos amigos:

Disculpen la tardanza,
pero abrir una concretera es más difícil
que sacarse una cana con alicate

¡NO OBSTANTE!

¡YA ABRIMOS!

Entren, pasen a...

LA CONCRETERA DE LOS HERMANOS CHANG

Y dejen que les caiga encima un chorro espeso de emoción,
lindo regalo navideño de parte de nuestros benefactores


Que lo disfruten

viernes, diciembre 08, 2006

Niño Jesús bendito




Niño Jesús bendito
Niño santo y sincero
Haz que la pase bonito
Y sin pensar en este verguero

Niño Jesús bendito
Niño bueno y bienamado
Permíteme seguir tranquilito
Y conforme con el resultado

Niño Jesús bendito
Que llevas nuestros pecados a cuestas
Que no me llegue otro mensajito
De cómo quedaron las encuestas

Niño Jesús bendito
Te pido con fe y esmero
Que pase la tarjeta de crédito
Porque a “mi negra” se la tragó el cajero

Niño Jesús bendito
Niño de buenos modales
Por ahora ni rojo rojito
Tampoco azules rosales

Niño Jesús bendito
Mi lucero mañanero
Dame paz, mi angelito
Por lo menos hasta enero

Niño Jesús bendito
Toda la paciencia acumulo
Por si me toca el próximo añito
Llevar palo por ese culo

lunes, diciembre 04, 2006


Poseo una naturaleza en esencia pesimista. Sí, no puedo ser todo lo positivo que quisiera, lo admito. Sin embargo, comparo ese defecto con la falta del dedo meñique. Se puede seguir llevando una vida normal sin él, hasta se puede ocultar el padecimiento. Muchos tendrían que fijarse muy bien para darse cuenta, aun cuando el defecto (?) está allí.

La confesión viene a propósito de los últimos acontecimientos. Mucha esperanza, un mundo de ganas, alegrías y anhelos. Salir a decidir, a apostar por un verdadero cambio, por la inclusión, por la equidad y la igualdad, la tolerancia, el futuro.

Mi naturaleza hacía que una pequeña parte de mí, no estuviese totalmente convencida, mas sin reparar en ese pequeño detalle, salí a votar. Lo vivido en esta oportunidad, ayudó a reducir un poco más la negatividad. Gente en la calle, en la cola y dentro del centro de votación, que no tenía reparo en expresar su tendencia

Las encuestas, las marchas, las concentraciones, los comentarios, las tertulias a la hora del café. Todo parecía indicar que estábamos en la vía de lograr el triunfo, la verdad se impondría al fin. Pese a esto, la ansiedad reinó durante todo el día. Como dije anteriormente, en un pequeño rincón de mi cuerpo, se albergaba la duda, el miedo. No sé si era en mi estómago o en mis testículos, pero por algún lado andaba.

Quizás fue debido a ese poquito de miedo, que el resultado no me pareció tan extraño. Ese lado oscuro de mi ser, a lo mejor lo esperaba. A pesar de ello, no dejó de hacer mella en mi ánimo.

Los porcentajes dan cuenta de una amplia diferencia entre ambos polos. Diferencia que sigo sin entender dónde rayos está.

¿A que se deben las caras largas de esta mañana? ¿Dónde estuvo la gran celebración de ayer? Las largas caravanas de automóviles, el mar de gente abarrotando las calles, la gran fiesta a nivel nacional. La alegría. ¿Por qué mi buzón no está lleno de correos electrónicos, dando cuenta de un nuevo amanecer?

Anoche soñé con un ejército de zombis en estado de hibernación, que se mantenía oculto en algún lugar secreto. Un inmenso contingente de seres, liberados solamente en época electoral, y que salían con una única misión en mente.

Un proceso aparentemente transparente, cajas auditadas, presencia equitativa de testigos, observación de todas partes del mundo, militares apegados a la constitución y las leyes, la aceptación de los resultados por parte de la oposición. Sí, todo parece estar en orden. Sin embargo, sigo sin ver a esa gran mayoría alegre y esperanzada.

Desempleo, inseguridad, pobreza, mendicidad, anarquía, corrupción, nepotismo, demagogia, dádivas que sólo llegan a unos pocos, miedo, libertades que poco a poco se van reduciendo, controles y más controles, obras inconclusas, promesas de más restricciones, leyes anacrónicas, etc.

¿Y qué pasa? Quienes nos damos cuenta, somos una minoría. Podemos llenar calles, avenidas y autopistas. Podemos poner a vibrar un estadio de béisbol, hacernos sentir en un concierto o en cualquier espectáculo al aire libre, hacer colas desde las 3 de la madrugada y colmar los centros de votación. Aún así, somos minoría

¿Dónde está ese casi setenta por ciento que cree en utopías y movimientos trasnochados que nunca han podido demostrar su eficacia? ¡Ah! Lo que soñé anoche ¿Será?.

Todo esto me trae al principio, mi naturaleza pesimista. Ahora tenemos encima, no sólo a un poder absoluto, si no a un poder absoluto y relegitimado (por secula seculorum?) Dios salve a la naciente República Bolivariana y Socialista(?).

Que nadie me culpe o me reproche. Por ahora, tengo al menos el derecho de asumir mi despecho, mi barranco pues... Me veo en los próximos quince años, viviendo en la “Tierra Media” de Tolkien, bajo el dominio de Sauron. Ese espíritu maligno que después de cada batalla, sale más fortalecido.

Escucho a los pocos Orcos que conozco, regodearse de su triunfo. Me aíslo y me refugio en la música de Sabina. Le pido unas “Pastillas para no soñar” y que me cante “La Canción de las Noches Perdidas”. La melodía de Boss N’ Marley, también ayuda. Esta noche, a pesar de ser lunes, me tomaré un par de copas. Después de una ducha tibia, intentaré dormir.

-Mi amor ¿Tendrás todavía una de esas curitas para el alma?

Mañana. A pesar de mi negatividad, sabré que siempre habrá un mañana. Como la analogía de la falta del dedo meñique, sé que puedo convivir con esta cuita. Sé que servirá para que en algún momento, intente revelarme nuevamente.

Esperaré la llegada de un nuevo Hobbit; futuras alianzas entre hombres, Elfos y Ents. Espero poder librar otras batallas o que sea el mismísimo poder del anillo, quien se encargue de hacer justicia.

Además de la música, busco nuevos ánimos en la lectura. Por casualidad me topo con la vida y obra de José Martí. Sí, el prócer cubano. Debí sentirlo como una burla, creo que alguien de manera socarrona, introdujo ese link para reírse en mi cara. Mas el fin no se consiguió, todo lo contrario.

Quisiera compartir entonces lo que encontré:

"Contra la razón augusta, nada. Sobre el deber de dar empleo a las fuerzas que puso en la mente la naturaleza, nada. Ni rey sobre el derecho político, ni rey sobre la conciencia. Por encima del hombre, sólo el cielo."

"... el poder no es más que el respeto a todas las manifestaciones de la justicia"

"... Estos tiempos no son para acostarse con el pañuelo a la cabeza, sino con las armas de almohada(...): Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra"

A la gente que como yo, trata de escribir y a los verdaderos escritores:

"¡ A la política se le han de levantar las sábanas ¡ No vale celebrar a ciegas, ni censurar porque sí; sino estudiar con desinterés, y ver dónde están las llagas públicas, y ver dónde las del carácter. Un escritor ha de ser un salvador."

A mis amigos, que en algún momento pensaron en que “coger calle” era la salida:

"La América ha de promover todo lo que acerque a los pueblos, y de abominar todo lo que los aparte. En esto, como en todos los problemas humanos, el prevenir es de la paz."

Y finalmente, le que me hizo optar por recuperarme lo más rápido posible:

"La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida"

Un abrazo a todos y sigamos adelante...

viernes, diciembre 01, 2006

Simón dice...




Estos últimos días, he visto como personas que acostumbran a saludarme con un abrazo, un beso, un apretón de mano o una palmada en el hombro; al preguntarme cuál será mi opción para este 3D, quitan rápidamente su mano, voltean abruptamente la cara o salen en rauda escapada, cuando les respondo algo contrario a lo que esperaban. Tiempo es de que “...cesen los partidos y se consolide la unión...”

Hace unas semanas, vi como una familia abordaba su automóvil para dirigirse a un partido Caracas-Magallanes. Unos llevaban la franela de los Leones, otros la de los Navegantes. Ninguno se insultaba, al contrario, todo parecía un simple paseo. Reían, se retaban con sorna, pero todo en sana y santa paz, con alegría, con unidad a pesar de las diferencias. Tiempo es de recordar que: “La unión debe salvarnos, como nos destruirá la división si llega a introducirse entre nosotros”

Tengo amigos que están trabajando en mesas y centro electorales, hasta el momento en que estoy escribiendo esto, a sólo horas del proceso comicial, me cuentan que ambos bandos están muy equilibrados, y que el animo es el de trabajar en armonía y por un fin en común. Cierto recelo y en franca demostración de fuerzas, pero respetando espacios. Tiempo es de “... elevar el monumento consagrado a nuestra reconciliación, a la tregua y al derecho común de los hombres...”

Y un último pensamiento de nuestro Libertador:

“Compadezcámonos mutuamente del pueblo que obedece y del hombre que manda solo”.

lunes, noviembre 27, 2006

Un ángel llegó a casa



Hace unos días, como es costumbre en estas fechas, me dispuse a pintar mi apartamento. Tenía todo listo y en estricto orden para comenzar la faena: Las cervezas, la música, las papitas, material para preparar sandwiches, brochas, rodillos, tirro, plástico para cubrir los muebles, y por supuesto, la pintura.
Estaba solo en casa, las mujeres (mi mujer y mi hija) se habían ido a comprar los adornos para el arbolito. Mejor así, porque, qué saben las mujeres de pintura. Que si por aquí quedó manchado, que si falta por allá, que si le vas a pasar otra manito, que si esa línea esta torcida ¡Noooo, vaaaaaleee...! Qué saben ellas. Pintar es una cuestión de estilo. Sí Botero le hiciese caso a las mujeres, su obra giraría en torno a famélicas y magras imágenes.
Bueno, a lo que iba. La cuestión es, que me encontraba solo en casa y dispuesto a comenzar la ardua tarea de emperifollarla un poco con unos toques de pintura, cuando sonó el timbre de la puerta. Me dirigí hacia ella, la abrí y me encontré frente a frente con mi regordeta vecina del piso de abajo.
-Vecino, le traje un ayudante – me soltó con voz chillona – lo va a acompañar por el día de hoy. Ya hablé con su esposa cuando iba saliendo y me dijo que no habría problema. Luisito, pórtate bien y hazle caso al señor, un beso, adioooosiiiitoooooo...
Luisito era el sobrino de la vecina, lo habían dejado a su cuidado, pero al verse en la imperiosa necesidad de salir al bingo, no encontró mejor opción que adicionarlo a mi ya abultada lista de tareas.
Yo no conocía al tal Luisito, sólo tenía referencias. Al parecer, mi esposa sí lo conocía, y muy bien. De allí que no pusiera objeción al imprevisto encargo; y a decir verdad, qué problema habría si la indulgencia sería ganada con escapulario ajeno.
Luisito entró al apartamento sin quitarme la vista de encima. Lucía una réplica del uniforme de fútbol del Real Madrid, llevaba un moño en el centro de su cabeza, que según él, era el peinado de un “Samurai chino”, y un morral lleno de cosas que para el momento, me parecieron armas de destrucción masiva: Creyones y pintadedos.
Pasados unos minutos y como para romper el hielo, se me ocurrió decirle que no me gustaban los “Niños Tontos”, a lo que respondió sin vacilar, que él no era así. Para seguir el juego, le pregunté por qué estaba tan seguro, y con voz muy dulce, me dijo que él podía reconocer a las personas buenas, entonces no podría ser un niño tonto.
Ante tal aseveración, continué preguntando -¿Y acaso crees que soy bueno?- Esbozando una pequeña sonrisa, me contestó: -¡Claro! Si no, no me estarías cuidando.
Mi corazón se redujo unos pocos centímetros de diámetro, pero no daría mi brazo a torcer y demostraría que esta pequeña criatura de cinco años, con rostro angelical y suave hablar, en cualquier momento se convertiría en un voraz monstruo que en cuestión de minutos, acabaría con mi paciencia, consumiría mi tiempo y dejaría hecho trizas el apartamento.
Asumí una actitud un tanto autoritaria y ordené al niño que se sentara y se mantuviera callado mientras yo me dedicaba a mis quehaceres. Llevaba un cuarto de pared pintada cuando la delicada vocecita me sacó de concentración con una pregunta: -¿Tú me quieres?
Comencé a bajar lentamente de la escalera, con la esperanza de que una vez en el piso, tuviera alguna respuesta coherente. Al voltear y quedar frente a su cara de cachorrito juguetón, me sorprendí a mi mismo, espetándole un ¡NO!
El niño se me acercó y aferrándose a mi pierna, me dijo que él sí me quería. Hice varios intentos para safarme, pero no lo logré. Fue entonces cuando me lanzó un reto: -Si dices que me quieres, te suelto.
Tuve que ceder, mi corazón perdió unos centímetros más. Asentí con la cabeza, retomé la apariencia autoritaria y le pedí que me dejara trabajar. Luisito regresó a su puesto, no sin antes proponerme un trato. Se estaría quieto y en silencio, pero a cambio, yo tenía que quererlo un poco más.
Volví a mi actividad y Luisito sacó unos creyones para ponerse a dibujar en una hoja de papel, mientras me contaba cosas acerca de él y su mamá.
Decía que no tenía papá, pero que su mamita, a veces le alquilaba uno. El último fue el señor Armando, un señor muy viejito, pero divertido. Los tres estuvieron juntos casi todo un día. Fueron al cine, comieron helados y cotufas, visitaron un museo y le dieron de comer a las palomas y a las ardillas en el parque.
El señor Armando, su mamita y él, la pasaron de maravilla, pero cuando se despidieron, vio que al viejito se le aguaron los ojos. Le preguntó si le pasaba algo, entonces el señor Armando le respondió que había pasado uno de los mejores días de su vida, lo besó en la frente y le dio las gracias a ambos.
En otra oportunidad, le alquilaron a un señor que estaba enfermo, pero él ayudó a sanarlo – me aseguró. Se trataba del señor Roberto, quien se encontraba en cama, a causa de un fuerte dolor en las piernas. Luisito me contó que su mamá, la mejor médico del mundo, lo llevó a su casa para que la ayudara a atenderlo. Mientras lo revisaba, Luisito se encargaba de pasarle todos los instrumentos, en eso, consiguió una curitas que estaban al fondo del maletín de su mamá. Las sacó y le pidió que se las pusiera, una en cada pierna. Le recordó que cuando el se caía y se aporreaba las piernas, ella le ponía unas curitas.
El señor Roberto, poco a poco se fue reincorporando en su cama, animado tal vez por la amena cháchara del niño. Luisito me relató, que antes de irse, el señor Roberto se levantó de su lecho y se dirigió a la cocina a buscar unas galletas para compartirlas con ellos.
Luego empezó a hablarme de su colegio y de como algunos niños lo golpeaban y empujaban. Pero el no se defendía, porque la violencia no era la mejor manera de comunicarse; además, esos niños reaccionaban así, porque no lo conocían. Ya, en este punto de su monólogo y después de aquella expresión que parecía extraída de un manifiesto de Gandhi, la fulana pintura pasó a un segundo plano.
Sus ojos se iluminaron al advertir, que había capturado toda mi atención. Le pregunté que si tenía hambre y me respondió que mucha. Recordé que una de las pocas referencias que tenía de aquel niño, era su régimen alimenticio netamente vegetariano, el cual rompía una vez cada quince días, cuando mi sobrino se lo llevaba a comer hamburguesas (a escondidas de su mamita).
Bajo esta premisa y en vista de que no había testigos, lo convidé a cometer una fechoría: Comernos un sándwich al estilo Scooby Doo, con salchichón, queso, pastrami y todo lo que estuviese a mano -menos jamón- me advirtió- no me gusta el jamón.
La idea le pareció maravillosa y por demás traviesa, sobre todo porque compartiríamos algo y eso a el le gustaba mucho, compartir. Su mirada se mostraba complacida, cuando mencionaba esa palabra.
Culminada la merienda, proseguí con mi faena. Bueno, al menos eso intentaba. Un cojín del mueble estaba manchado con grasa y Luisito tenía la marca de la culpa en su frente, al darse cuenta se preocupó mucho.
Intentó limpiarla como pudo, la culpa se transformó en desesperación y yo tuve que tranquilizarlo diciéndole que no había problema, que no era nada, lo lavaríamos y ya. Pero el seguía preocupado, lo peor es que no era por el, si no por mí. Luisito temía haberme metido en un problema. Su preocupación era por mí (otros centímetros más que restar).
Superado el trance, me enseñó sus dibujos. En ellos predominaban las parejas, un adulto y un niño. Le pregunté quiénes eran y me respondió que nosotros dos. Que nos veíamos muy bien juntos y que en ese dibujo parecía que nos queríamos mucho.
Otra vez con eso de que si nos queremos – pensé – pero si apenas nos estamos conociendo. Alcé la mirada y al percatarme de la ausencia de Luisito, me volteé hacia la pared y vi como posaba en ella sus manitas llenas de pintura. Lo abordé y antes de que dijera más nada, me regaló sus huellas.
-Así como en la pared, voy a dejar mis huellas en tu corazón- Yo hice lo propio y le dije: -Pues, aquí te dejo las mías...
Después del intercambio, vinieron las comiquitas. Luis, hizo que me sentara y las viéramos juntos, afortunadamente le gustaba “Tom y Jerry”.
Cuando vinieron por el, se puso a llorar y pidió que por favor, lo dejaran estar un rato más con su “amigo”.
¿Amigo? Resulta que éramos amigos. Entendí entonces al señor Armando y al señor Roberto. ¡Claro! Ángeles como éste, hacen que uno recupere la inocencia, la alegría y la risa fácil de antaño. La pureza de las cosas simples y el significado de la palabra “Amistad”.
La visita de Luisito dejó dibujos regados por el piso, manchas de salsa en el mueble, una pared a medio pintar y unas huellas indelebles en mi corazón.
Ahora trato de descifrar qué fue lo que pasó: Un Ángel disfrazado de niño o un niño grande que recibió la visita de un Ángel, y que por tonto, no lo reconoció hasta que se fue...

jueves, noviembre 23, 2006

Cuento de Terror



Mediante manipulación genética, cirugía microscópica, tecnología de punta, ciencia cibernética y energía nuclear; se logró la creación de un espécimen único.

Una mezcla de licántropo y vampiro con extremidades biónicas y los poderes de los cuatro fantásticos.


-¡Es una bestia, tío! – Dijo Paco.

-¡Jolínes!- Exclamó Manolo.

-¡...!- Antonio no dijo nada, se quedó boquiabierto...


Una expresión de júbilo y victoria, se dibujaba en el rostro de Víctor. Igor se frotaba las manos.


-Igor.

-Sí, maestro.

-¿Los gallegos terminaron de cambiar el bombillo?

-Sí, maestro.

-Y ¿por qué tres gallegos?

-Porque uno sostiene el bombillo, mientras los otros dos lo cargan y lo hacen girar, maestro.

-Qué inteligentes, Igor.

-Sí, maestro.

-Diles que se vayan, Igor.

-Sí, maestro.
----------------------------------


La bestia permanecía en la mesa de operaciones, conectada al extraño aparato que la mantenía con vida. Sólo faltaba colocarle el cerebro. Éste fue concebido aparte de los demás órganos. Engendrado a partir de células de otros cerebros.

Igor se acercó a Víctor, tembloroso, dubitativo.

-Maestro.
-Dime, Igor.

-No sé si decirle esto, maestro.

-Habla, Igor.

-Los gallegos me confesaron, que mientras cambiaban el bombillo, uno de ellos se cortó un dedo.

-Y qué hay con eso, Igor.

-Su sangre cayó en el recipiente donde está el cerebro de la bestia, maestro.


El maestro perdió toda compostura y parsimonia. Ahora se mostraba agitado, colérico, furibundo.


-¡EL CO...!

-Shhhhhh... Maestro, no ensucie su boca con vulgaridades como esa. No se lamente.
-Pero cómo no se la voy a mentar, Igor. El cerebro se contaminó, no lo podemos usar. De qué nos servirá una bestia con tanto poder, pero sin cerebro. La idea era que dirigiera nuestro ejército de zombis y conquistara el mundo. ¿Ahora qué haremos, Igor?
-Igual servirá para comandar, maestro. Los zombis no repararan en si es inteligente o no, sólo le seguirán. Y con todo su poder, podrá hostigar, amedrentar, destruir y dividir, maestro.

-No Igor, yo pensé en alguien con fuerza e inteligencia. Imbatible y con ideas renovadoras. Alguien que guiara nuestras huestes con sabiduría y estrategia organizativa. Las células que utilicé, eran las de grandes estadistas y gerentes exitosos. No Igor, no sirve. Desconéctalo.

-Pero maestro...

-Se convertirá en un dictador. Igor, por favor, desconéctalo.


Igor, salió del laboratorio. Tomó su abrigo, sus guantes, la bufanda, un maletín y se fue. El maestro, continuaba lamentándose de su infortunio. Los gallegos, seguían cambiando bombillos, ajenos a lo que había sucedido. De vez en cuando se preguntaban, qué pasaría con aquella bestia semi-robótica, esa maravilla que por lo que le habían escuchado decir a Igor, era lo máximo.
Con respecto a la bestia, no hay certidumbre de si fue desconectada...



Dibujo de Luis Royo

martes, noviembre 14, 2006

¡URGENTE!


POR FAVOR, HACER CIRCULAR ESTE AVISO ENTRE AMIGOS, FAMILIA, Y CONTACTOS.

En los próximos días, deben estar atentos: No abran ningún mensaje con un archivo anexo llamado "ASDFXCVMEROP234$=)", independientemente de quien se los envíe.

Es un programa maléfico, mortal, déspota; de lo peorcito que pueda haber en materia de virus.

El susodicho, ejecuta un programa que se encarga de eliminar, borrar, destruir, desaparecer, todo el disco duro de su computadora.

Es por eso que deben permanecer alertas, no se despeguen de sus computadoras. Todos atentos a la llegada de este engendro binario y demoníaco.

Recuerden: Si reciben un correo con el archivo anexo llamado "ASDFXCVMEROP234$=)" ¡NO LO ABRAN! Aunque sea enviado por un amigo, no lo abran y apaguen su máquina, salgan de la habitación, o de la oficina, o del cyber inmediatamente.

Es el peor virus anunciado por los laboratorios de la Contra Inteligencia Artificial.

Este malintencionado algoritmo ha sido descubierto recientemente y clasificado por Microsoft como el más destructivo que haya existido.

No hay arreglo aun para esta plaga moderna que destruye simplemente el sector cero del disco duro, donde la información vital de su función es guardada. También afecta el tercer cuadrante de la zona aritmético-lógica, reduce los BUSES de memoria, convirtiéndolos en simples camioneticas, y en algunos casos, hasta en moto taxis.

Hay casos reportados, en los cuales se han visto socavadas las unidades de Input y Output no sólo del computador, sino también las del usuario del mismo.

Las impresoras no escapan a este terrible flagelo, una vez poseídas por el ente misterioso y diabólico, comienzan a imprimir todo en caracteres ilegibles e impronunciables. Las estadísticas salen volteadas, cambian el rojo por el azul y viceversa, las mujeres salen con barba y los hombres con sostén.

Una vez infectado, el mouse salta y se come al gato. Si accede a la Internet, se bloquean el airbag y el freno de mano de su carro, sus cuentas bancarias se quedan en cero, las tarjetas de crédito y débito pierden sus códigos de seguridad. Su pareja lo bota pa’l carajo, sus amigos le dan la espalda y sus quincenas comienzan a depositarse automáticamente en la cuenta de su peor enemigo.

Hagan caso, por favor. Cuídense de ese virus. Repito: No abran ningún mensaje con un archivo anexo llamado "ASDFXCVMEROP234$=)"

¡MOSCA!



El dibujo es de: http://www.pc-news.com

lunes, noviembre 06, 2006

Conversaciones Telefónicas


Tuve esta conversación telefónica con mi hija, en horas del mediodía:

-Papá, no voy a almorzar a la casa
-Y eso?
-Voy a comer con unas amigas
-Cuáles, si tu no tienes amigas?
-Ay, papá! Unas amigas de la universidad.
-Y a dónde?
-A dónde qué?
-A dónde van a comer?
-Ah! A una pizzería que está en Chacao.
-Uuummm... Y son buenas?
-Mis amigas, sí vale.
-No, las pizzas
-Ah! Bueno, me dijeron que si, que son buenísimas.
-Gorditas?
-No sé, creo que la masa la ponen delgadita.
-No chica! Tus amigas.
-Jejé, son un par de flacas.
-Ojalá no te caigan mal.
-Vale, te dije que son chéveres.
-Me refiero a las pizzas. Y no serán de esas que se derriten por cualquier cosa?
-Pizzas que se derriten?
-Tus amigas.
-Mis amigas?
-Sí. O sea, que si son fáciles.
-Bueno, cualquiera se las lleva.
-QUEEEEEEE?
-A las pizzas.
-Ah! Mira, y como se llaman?
-Sicilia y Margherita.
-Italianas?
-Claro! Son pizzas
-DIOS MÍO! Chao. Pórtate bien y no llegues tarde.

Luego me llamó mi esposa:

-Qué sabes de tu hija?
-Se fue con dos pizzas a comerse unas amigas...
-...???



jueves, noviembre 02, 2006



En algún lugar de Transilvania. Tres celebridades se dieron cita: El Hombre Lobo, Drácula y Frankenstein.

El motivo de la reunión. Tomar la última y más importante decisión, en su ya larga y terrorífica trayectoria: El retiro. Sí, el retiro. La jubilación, el momento de colgar la capa, los colmillos, las garras, los tornillos, en fin. Dar por terminada su carrera de horror, espanto y abominación.

Ya habían adelantado los trámites de la pensión en el seguro social. El Hombre Lobo tuvo que darle una “mordida” al funcionario público para que agilizara el papeleo, ya que los documentos de aquel trío, estaban en el archivo muerto.

Sólo faltaba la fecha y los preparativos de la despedida. Tenía que ser un gran funeral, algo apoteósico, de espanto y brinco.

-Quiero una gran jaula llena de murciélagos, para que sean liberados al momento del cierre de la ceremonia.

-Está bien, Drácula. Yo por mi parte, quiero un coro de coyotes aullando toda la noche –dijo el hombre lobo.

Frankenstein lucía distraído, meditabundo. Drácula llamó su atención:

-¿Qué pasa Frank? Pareces ausente. Como muerto, si me perdonas la expresión.

-No sé, Drac. Creo que esto del retiro me tiene algo nostálgico.

-No es para tanto Frank – intervino el lobo - piensa en como va a quedar todo ¿Te imaginas la cara de los invitados? Se van a moooriiiiirrrrr. Bueno, es un decir…

-Sí, ya lo sé lobito. Pero no puedo evitarlo, han sido muchos, muchísimos años trabajando en esto del terror. Tantos, que ya algunas partes de mi cuerpo, están en avanzado estado de descomposición.

-Me lo dices a mí, que casi pierdo la cola en la última huida. Ya no soy el mismo de antes. No se lo digan a nadie, pero mis patas ya no responden igual. Uso dentadura postiza, peluquín y un abrigo de piel. Ahora sí es verdad, que no tengo ni un pelo de tonto...

-En cambio yo, estoy igualito – interrumpió el vampiro -por eso quiero retirarme dignamente, antes de verme como el abuelo de “Los Monster”, y volviendo a lo que nos trajo hasta acá, tenemos que escoger los ataúdes en donde descansaremos en paz. A ver Lobo ¿Cómo quieres el tuyo?

-El mío tiene que ser en acrílico, fibra de vidrio o algo así. No quiero nada de madera, con el olor a árbol me dan ganas de orinar, con apenas sentir ese aroma, la patita se me levanta sola. Además, quiero colores alegres, por dentro tiene que estar forrado en peluche color fucsia.

-¿Cómo es la vaina? – Saltó Drácula.

-Peluche color fucsia ¿Por qué? ¿Pasa algo?

-¡Coño, vale! Había visto perros de agua, pero un lobo pargo… Y tú, Frank.

-El mío, que por favor no sea de metal.

-¿Y eso? – Interrogaron al unísono, los otros dos.

-Es que después de tantas descargas eléctricas, ya parezco un imán ambulante. ¿Se imaginan pasármela despegándome de un lado y de otro del ataúd, a cada rato?

-Te entiendo, Frank – consoló Drácula.

–¿Qué les parece este combo de oferta que tiene la funeraria “Mortusfreskus”?- Dijo el lobo, sacando un folleto del bolsillo de su abrigo.

-Urna de madera importada del desierto del Sahara, una corona hecha con flores de muerto, y misa negra cantada por una Banshee.

-Parece buena – exclamó Frankenstein – pero no sé, hay algo que no me cuadra en esa oferta ¿Tú qué opinas, Draculín?

-Para empezar, tampoco quiero madera, me recuerda a las estacas. Nada de metal, no tiene estilo. Mármol, de mármol importado. Suaves cojines forrados en seda. Totalmente hermético y a prueba de caza vampiros.

La discusión continuaba, exigencias y requerimientos iban y venían, y los protagonistas de esta historia, no se percataban de que muy cerca y en ese mismo instante, estaban en ejecución, asaltos, asesinatos, desalojos, invasiones, violaciones, hurtos, peleas y riñas. En torno a ellos, un mundo anárquico y caótico se desarrollaba, pletórico de hechos bochornosos y fuera de toda ley.

Lástima que estén por retirarse, pero no importa. El horror, el terror y lo escalofriante, no acaba. Así que no se preocupen, más bien, teman, que esto no termina. Muuuaajajajajajaja...

miércoles, noviembre 01, 2006

martes, octubre 24, 2006

TÚ ME QUIERES BLANCA



Donde quiera que estés. Buscando poemas nuevos, entre espumas y mar...





Tú me quieres alba,

me quieres de espumas,

me quieres de nácar.

Que sea azucena

sobre todas, casta.

De perfume tenue.

Corola cerrada.



Ni un rayo de luna

filtrado me haya.

Ni una margarita

se diga mi hermana.

Tú me quieres nívea,

tú me quieres blanca,

tú me quieres alba.



Tú que hubiste todas

las copas a mano,

de frutos y mieles

los labios morados.

Tú que en el banquete

cubierto de pámpanos

dejaste las carnes

festejando a Baco.

Tú que en los jardines

negros del Engaño

vestido de rojo

corriste al Estrago.



Tú que el esqueleto

conservas intacto

no sé todavía

por cuáles milagros,

me pretendes blanca

-Dios te lo perdone-,

me pretendes casta

-Dios te lo perdone-,

¡me pretendes alba!



Huye hacia los bosques,

vete a la montaña;

límpiate la boca;

vive en las cabañas;

toca con las manos

la tierra mojada;

alimenta el cuerpo

con raíz amarga;

bebe de las rocas;

duerme sobre escarcha;

renueva tejidos

con salitre y agua:



Habla con los pájaros

y llévate al alba.

Y cuando las carnes

te sean tornadas,

y cuando hayas puesto

en ellas el alma

que por las alcobas

se quedó enredada,

entonces, buen hombre,

preténdeme blanca,

preténdeme nívea,

preténdeme casta.




Alfonsina Storni.


Nació en Capriasca, Suiza, en 1892, pero desde los cuatro años fue llevada a Argentina, país que la acogió con su nacionalidad. Desde muy niña empezó a trabajar como maestra, haciendo sus primeros pinos como poetisa bajo el pseudónimo de TaoLao.Obtuvo importantes premios literarios que la hicieron conocer ampliamente en todos los países latinoamericanos, destacándose entre sus obras, «Languidez», «El dulce daño» y «La inquietud del rosal».Falleció absurdamente en 1938.



Información tomada de: amediavoz.com

jueves, octubre 19, 2006


"OK! Ya me comí la compota, ahora déjame probar tus..."
La foto es de: www.bebesenlaweb.com.ar

lunes, octubre 16, 2006

¿Quiere ganar en la lotería?

¿Quiere ganar en la lotería? – Preguntó el anciano – Y yo impertérrito, le respondí con otra pregunta – ¿Cómo?

El anciano se acerca y me interpela. Quiere que le explique, el porqué de mi reacción. Un auto cornetea, yo me sobresalto y el viejo exclama: -¡Anjá! Lo agarré desprevenido.

Lanza otra pregunta: - ¿Él deja los problemas en la calle, o se los lleva para la casa? – Yo le respondo que depende.

-Nooooooo, déjelos en la calle. No los lleve para la casa. Si se los lleva, llega ocupado, con la cabeza mala, entonces no hay tiempo para el amor de la señora ¿Él tiene hijos?
-Sí.
-Entonces hay bondad. Yo trabajo con la bondad – Y se alzó la pernera del pantalón.

Piernas y pies hinchados, lacerados, victimas de una mala irrigación sanguínea a causa de la diabetes – Tengo la sangre débil – me dijo – Los médicos dicen que no hay cura – complementó.

La bondad se ve en la cara de la gente, y él parece bueno – así proseguía el coloquio de aquel anciano tan particular – Si aquel señor monta en su carro a la gente y los lleva y los ayuda, la gente no vera el carro, lo vera a el.

¿Qué fue lo que pregunte al principio? – sigue interrogando – Que si quería ganar en la lotería – Anjá! Entonces él presta atención. Acá esta un papelito – El viejo extiende su brazo, queriéndome hacer llegar el misterioso papel. Yo extiendo el mío para tomarlo, pero para mi sorpresa, el anciano, con una inusitada habilidad, recoge el brazo y me deja con la mano en el aire.

Yo no pido a cambio de nada, aquí está la suerte, pero yo no soy adivino, ni nada. A lo mejor, el número no sale; entonces la gente se molesta y piensa que este viejo esta loco. Este viejo no sabe nada, pero le dice a la gente que le da el número para que la gente crea y lo ayude – A esta altura de la conversación, contraviniendo la conseja popular, lo cortés terminó quitándome lo valiente. Me veía abordado por un par o quizás un trío de zagaletones, apropiándose de manera furibunda de mis pocas pertenencias, mientras le paraba bolas a lo que me decía el viejo (así nos tiene la paranoia).

¿En que piensa cuando le hablan de José Gregorio Hernández? – Le respondí que en la fe. Entonces me aseguró que José Gregorio Hernández le hablaba y le decía que se quedara tranquilo, de improviso, retomo el tema del bendito papelito: - Yo escojo a tres o cuatro, si el primero me dice “no” entonces la cosa no está muy buena, si me dice “sí”, la cosa sale mejor. Yo no espero nada del mal gobierno, el mal gobierno no funciona (me recordó a Manu Chao) El mal gobierno me dice que haga la cola, que vaya para allá, que venga para acá. Pero el mal gobierno no quiere al pobre. Yo no soy adivino, para eso esta Dios, que todo lo sabe. Mi señor Dios sí es bueno. ¿Lo puedo tutear?

Accedí al requerimiento, sin embargo el anciano continuó dirigiéndose a mí, en tercera persona del singular: - El iba a coger el papelito, pero si quiere, lo puedo cambiar por otro – No hay problema, le dije. Y esta vez, sí me dejo tomar el papel – No lo abra, guárdeselo en el bolsillo.

Obedecí de inmediato - ¡Anjá! Él hace caso, es como un niño, un niño obediente, entonces es buena persona, entonces revisa su conciencia y me ayuda.

Saqué mi cartera y de los cuatro mil bolívares que tenía, le di dos. Los tomó asegurando que en otros tiempos, eso si era plata. Si alguien le daba doce mil, él compraba la insulina. Ahora todo estaba más caro, culpa del mal gobierno. Me enseñó otra vez la pierna y me dijo: “La enseño para que vean que soy pobre”.

El viejo, al fin se despidió, pero no sin antes preguntar: - ¿El viejo tiene un amigo? – A lo que respondí con un ¡Claro que sí! - ¿Y si no salen los números? - ¡No importa! – Le aseguré.

Desapareció riéndose, se esfumó. Se fue...

¿Qué si gané? Gané una historia, un par de consejos, una acción que ojalá y sirva para borrarme por lo menos un “pecadillo”, y un nuevo amigo.

Y hasta aquí el cuento, no sigo porque tengo que salir a jugar un numerito...







miércoles, octubre 11, 2006

Metamorfosis

Hay experiencias en la vida, que por su especial simpleza, es que quedan para ser guardadas en un lugar importante.

Tuve el gran honor, de recibir, casi de la propia mano del autor, esta obra excepcional. Se trata de un poema, del cual los comentarios sobran. Sencillamente hay que leerlo, saborearlo, y como dice su creadora “rumiarlo”.

Yo me fui un poco más allá y decidí compartirlo con quien tenga a bien aceptarlo.

Gracias a “la misma Ophir”


Metamorfosis

Salpicada de utopías
y de miedos mudos
se pierde en los resquicios de la tarde,
diluye pensamientos en promesas,
se sumerge en las arenas del desierto
y anda.

A solas rebusca:
se zambulle, se estremece,
se ensortija…
Y entre sístoles y diástoles
depura sangre vicio
con sensaciones nuevas,
exuda naufragios y reveses;
y lágrimas y amores…

Evoca la teoría,
la descarta,
y henchida de universo
se acurruca en los confines de
sus párpados, destiñendo las creencias
que se extinguen a su andar.

(Hay una oruga en nacimiento
que recién emerge de su pupa
e invertebrada, emprende vuelo)

(No has de tocarla
sólo así remozará sus alas)


Página 38, “Escaleno el triángulo” Editorial la Escarcha Azul. Mérida, Venezuela, 2004


Ophir Alviárez

Nació en Caracas, en 1970. Venezolana residenciada en Estados Unidos que ejerce el oficio de escribir por una vocación que no se calla y hace de las palabras instrumentos de voz y vida, desvelos y quimeras.
Escaleno el triángulo es su primer poemario publicado (Mérida, Editorial la Escarcha Azul, febrero, 2004). Algunos de sus textos ya habían sido editados en la II Antología de Poesía y Narrativa de la Asociación Casildense de Escritores, ACDC (Santa Fe, Argentina, marzo 2003); fue autora invitada en la V Antología de Sensibilidades, (Madrid, España, marzo 2004), y en las Antologías de Poesía y Narrativa de la Asociación de Escritores de Mérida (Mérida, Venezuela, febrero 2005), de la que es miembro activo.

martes, octubre 10, 2006

Calatrava la Rana



Calatrava la ranita
animalito sin par
a ella nadie la imita
en su manera de hablar

Utiliza consonantes
toditas, es la verdad
pero con vocales faltantes
miren, que calamidad

Sólo una conoce
la "A", ninguna más
y no le produce goce
porque molesta a los demás

Nadie entiende a la ranita
sólo el pato Sirirí
el tiene el mismo problemita
nada más, conoce la "I"

Calatrava ta' brava
tana la langa traba'
na habla más calatrava
salta la charca, sa va

Ti vis sin mí, imigui?
ni mi dijis iquí
llívimi quintigui
ni mi dijis isí

viernes, octubre 06, 2006

Mil Visitas




1000! MIL! ONE THOUSAND! Ya pasé la visita numero mil. Me contenta. Bueno, sé que tengo que restar las ochocientos cincuenta y nueve veces, que he entrado yo, para ver en cuantas oportunidades me han visitado. Ah! y las sesenta y cinco veces, que he entrado para publicar o modificar mi blog. ¡Claro! y las treinta de mi esposa. Ella se mete de vez en cuando, para revisar que coño estoy escribiendo. Si publico groserías, fotos de mujeres desnudas, si critico a mi suegra, a mis cuñadas, etc.

No he visto por ningún lado, algo que diga que “No deben tomarse los accesos de ningún familiar, como valido”. De ser así, tendría entonces que restar también, el par de visitas que ha hecho mi hija. Las tres de mi sobrina y dos de mi sobrino. Los tres me han confesado, que no entienden un carajo, de lo que escribo. Pero qué se le va ha hacer, qué saben ellos de Shakespeare, de Dickens, de Sabato, de Kafka o de Tagore.

Yo tampoco sé nada, de esa gente. Por eso, no escribo nada que tenga que ver con ellos. Pero, en fin. Lo cierto, es que de las mil visitas, ya me quedan treinta y nueve. Eso esta como lo de las carreras “sucias” y “limpias” en el béisbol.

Me parece que debo restar también, las quince veces que entré, para poner comentarios yo mismo, a cada Post. Lo hice como “usuario anónimo” para que resultara más divertido. Y ahora que recuerdo. Tengo que sumar, a las ochocientas cincuenta nueve veces, que entre para ver el contador, las veinticuatro incursiones que realice, para ver si tenía comentarios. Por cierto, la gente debería al menos, firmar con sus “Nicks”. ¿Qué vaina es esa de “usuario anónimo”?

Reviso, antes de publicar esto, y me consigo con que ya van 1011 visitas. Bueno, restemos esas ultimas once también. Esas son las veces que he generado una vista previa de este post.

Sumando, restando y totalizando. Nos da un gran resultado de: “0” CERO VISITAS. Es decir, que fuera de una que otra visita, de algún familiar, cercano, muy cercano, MAS NADIE ME LEE…

Desgraciado contador de visitas. Puta blogósfera. Mejor me deshago de este blog, antes de que me lo expropien, por considerarlo “espacio ocioso”.

martes, octubre 03, 2006

ME DESORDENO, AMOR, ME DESORDENO



Me desordeno, amor, me desordeno
cuando voy en tu boca, demorada,
y casi sin por qué, casi por nada,
te toco con la punta de mi seno.

Te toco con la punta de mi seno
y con mi soledad desamparada;
y acaso sin estar enamorada
me desordeno, amor, me desordeno;

y mi suerte de fruta respetada
arde en tu mano lúbrica y turbada
como una mal promesa de veneno;

y aunque quiero besarte arrodillada,
cuando voy en tu boca, demorada,
me desordeno, amor, me desordeno.

Carilda Oliver Labra




Carilda Oliver Labra. Poetisa cubana nacida en Matanzas en 1924. Estudió Derecho en la Universidad de La Habana ejerciendo la profesión en su ciudad natal, donde además dictó cursos de dibujo, pintura y escultura. Es una de las más sobresalientes poetisas de hispanoamérica, ganadora de importantes premios literarios: Premio Nacional de Poesía en 1950, Primer Premio y Flor natural en el Certamen Nacional, ganadora del Certamen Hispanoamericano organizado por el Ateneo Americano de Washington para conmemorar el tricentenario del nacimiento de Sor Juana Inés de la Cruz, Premio Nacional de Literatura en 1997 y Premio Internacional José de Vasconcelos en el año 2002. Entre sus obras se destacan: «Al sur de mi garganta» en 1949, «Memoria de la fiebre» en 1958, «Versos de amor» en 1963, «La ceiba me dijo tú» en 1979, «Desaparece el polvo» en 1983, «Calzada de Tirry 81» en 1987, «Se me ha perdido un hombre» en 1993 y «Libreta de la recién casada» en 1998.

martes, septiembre 26, 2006

De "Misses"


Y con ustedes, nuestra primera participante, la señorita “Miss Cocos”. Ella luce un precioso traje de baño de una pieza, porque la parte de arriba, acaba de salir disparada.
Sus medidas: 96 de Silicón, 58 de Liposucción y cero Celulitis (¿?).
A ver, Miss Cocos: De resultar vencedora en esta contienda ¿Cuál sería tu primera acción a favor de los infantes?

- Bueno, primero que nada y ante todo. Quisiera expresar primeramente, mi más principal saludo a quien para mí, es lo primero: YO. En relación y concordancia a tu pregunta, que dicho sea de paso, me parece muy interesante, quisiera acotar, que para cuando lleguen los infantes, tendré lista mi “contienda” de campaña, con todo y “eslipin baj” ¡Que va, mi amor! A mí, no me agarran desprevenida esos marinos.

Gracias, “Miss Cocos”. Je, je, je, muy elocuente. Bueno, seguimos entonces con la candidata numero 2, la señorita “Miss Entrañas”. Ella se cataloga a sí misma, como una persona visceral. Luce un traje de baño, que si me permiten el lenguaje coloquial, está para “Tripeárselo”. Sus medidas: 92 de prótesis, 57 de lipoescultura y cero Estrías (¿?).
Dígame, Miss Entrañas: ¿Qué opinión le merece, la inseguridad reinante en estos días?

- ¡Eh! Yo, la verdad. ¿Cómo te explico? Yo pienso, no. Que una reina, cuando esta reinando en estos días tan lindos como eeeesssssteeeee, lo menos que podría mostrar es inseguridad. Porque primeramente, una tiene que estar segura de una misma.

Gracias, Srta. “Miss Entrañas”. ¡Caramba! Que respuesta. Seguidamente y montada en una camioneta cero kilómetros y de paquete, nos llega la Srta. “Miss Terios”. La candidatura de esta señorita, está patrocinada por la empresa Toyota y su camioneta utilitaria 4x2. Sus medidas: Nadie las conoce, ni siquiera su cirujano. Lleva la cara cubierta, y su intelecto al parecer es un secreto bien guardado. Y ahora, la pregunta de rigor. Srta. “Miss Terios”: En caso de ser coronada esta noche ¿Sería usted capaz de abdicar más adelante, por amor?

- No sé.
- ¿Cómo que no sabe? A ver, ¿Tiene novio?
- Puede ser.
- ¿Le gustaría ser la ganadora?
- Quizás

Bueno, muchísimas gracias por su intervención. Esta concursante, sí es verdad que es un misterio. Y ahora nos vamos, a cumplir con unos compromisos comerciales, y después de la pausa, volvemos con más, mucho más. No se duerman…


jueves, septiembre 21, 2006

Carta a los Distinguidos Editores de TO2BLOGS


Señores de TO2BLOGS:

Vi con agrado, su iniciativa de crear una solución efectiva para enfrentar las fallas que venia presentando VENEBLOGS . Muy buena la opción de poder armar una lista de FAVORITOS, interesante lo del RANKING. ¡Pero! Y aquí viene el gran “PERO” Qué abominable idea esa de LA LISTA NEGRA.
Que cosa tan fea. Sobre todo cuando se ve uno allí. Señores, es qué acaso no bastó con la “Lista de Tascón”, “La Maisanta”. Anterior a estas, la de los bancos (SICRI) y más vieja aun, la que utilizaba el “Comisionado de la Disciplina” en aquella lejana escuela primaria.
¿Por qué nos someten a tan odioso instrumento? Observé con horror que mi Blog, fue incluido en la “Lista Negra” de “Alguien”. Cosa peor todavía. “Alguien”, no sé quien, me rechaza. Y peor aun, amparado en el anonimato.
Dios santo, qué hice para que “Alguien” no me quisiera ver, pero ni en pintura. Sólo tu sabrás, a donde podrá llegar la animadversión que siente ese ser sin identidad, por mi, Señor...
Me pregunto ¿Dónde está el derecho a replica?. La sola idea de estar incluido en una “Plantilla de Indeseables” es repugnante, pero por qué no saber entonces, quién es ese que nos repudia, para poder así entonces, hacer nosotros lo propio.
Tú, amiga, amigo, que seguramente no leerás esto, ya que de plano cerraste esa posibilidad. ¿Qué cosa tan horrible dije que no te gusto? ¿Acaso es por razones de salud? ¿Eres alérgico o alérgica a los Lémures? ¿Soy simpático, sabías? Sólo hay que darme un poco de tiempo. Como cualquier primate, soy un poco arisco al principio, pero créeme, es solo al principio.
Y ustedes, señores creadores de TO2BLOGS, no espero que sea modificada tal opción (concebida con no sé qué oscuros propósitos) pero sí, al menos, que llegue a ustedes mi pesar. Mi malestar, al saberme repudiado, censurado, negado por “alguien” en algún sitio.

Respetuosamente,

El Lémur

martes, septiembre 19, 2006

Dinosaurio y Cocodrilo: 100 por ciento actitud.



Estando de vacaciones, compartí con una persona que le hace honor al eslogan de un canal de TV por cable (Sony Enterteiment), ese que dice: “100% Actitud”
La conozco desde hace varios años, pero esta vez, tuve la oportunidad de convivir con ella unos días y aprender. Sí, definitivamente aprender.
Para preservar su integridad (como si hiciera falta…) resguardaré su identidad, refiriéndome a ella en lo sucesivo, como “DINOSAURIO”
Dinosaurio es alta, con una gran constitución física repartida en un cuerpo que deja entrever un obeso pasado, y anterior a él, una juventud bien proporcionada.
No estoy hablando de una mujer senil, ni siquiera anciana. Estoy seguro de que si la catalogo como de “tercera edad”, me mata; pero si les puedo decir, que se trata de alguien que es prueba fehaciente de que la ley de gravedad es sin duda eso, una ley y como tal, se cumple.
Su piel es muestra ambulante y acusadora de las inclemencias del sol. Aunque él, muy bien podría defenderse aduciendo que es ella quien se lo busca. Y es que en realidad, había que ver como llevaba sol esa mujer. Mientras se embadurnaba de bronceador, la imaginación me transportaba a los tiempos jurásicos. Juro por lo más sagrado, que no era mi intención, pero me resultaba imposible dejar de ver a un “Tiranosaurio Rex” en traje de baño, disponiéndose a retozar bajo los rayos del sol y a orillas de la playa. Y es que las robustas piernas, anchas caderas y delgados brazos ayudaban también a recrear aquélla imagen, amen de la piel colgante y arrugada.
Sin embargo, lo verdaderamente importante es lo que viene a continuación. A pesar de aquellos detalles que pudieran considerarse como desventajosos para ella con respecto a otros especimenes de su mismo genero, resulta que Dinosaurio “levanta” más que el carajo, así como lo leen.
Dinosaurio competía con “tangas” y “bikinis” de treinta, veinte y hasta de menos edad que ella. Lo peor (o lo mejor) es que se las llevaba por delante la condenada.
No había hombre que le mezquinara una mirada, una sonrisa, un piropo, un “Qué hace una chica como tú, en un lugar como este...”
“Muchachitos” como decía ella, le pedían el teléfono (y ella queriendo darles otra cosa...) Otros le entregaban su tarjeta de presentación junto con la promesa de una próxima, intima y reservada reunión.
Dinosaurio se reía y se jactaba: “¡Chico! Pero si lo que estoy es buena, jajajajajaja...”
No se puede negar su sonrisa seductora, una mirada ladina y un rostro que en conjunto, resulta atractivo; sus formas terminan siéndolo también, a pesar de todo. Pero descubrí, entendí, o más bien aprendí, que lo más importante, lo que sustentaba todo aquello, era su actitud cien por ciento positiva.
Dinosaurio se sentía bella y eso era lo que destilaba. La vi bailar alrededor de la piscina, correr por la arena, lanzarse desde una estructura que se asemejaba a un gran trampolín, hacia una laguna profunda, dejando atrás a una fila de hombres perplejos y avergonzados, ya que muchos no se atrevieron (me incluyo, pero no por miedo, sino porque tenía un calambre en el estomago).
El desparpajo, el humor adocenado y un lenguaje prosaico, son su sello, su distinción, mas no deja de verse elegante, altiva. Le lucen las groserías a la muérgana esa...
Una noche se presento a cenar en dormilona, todos en el comedor del hotel la observaban, no podía pasar desapercibida, eso sí, peinada, maquillada y con un pareo puesto a manera de chal, muy “maja” diría un Español.
Esa misma noche, mucho rato después de la comida, nos encontrábamos reunidos en sana tertulia, y se me ocurrió preguntarle si de verdad era rubia. Ella, con todo su donaire y porte europeo, se plantó frente a mi y alzando la dormilona, espetó: “Soy pelirroja, guevón. Y las braguitas te las debo”
Todavía sueño con un gran mejillón con corte de pelo al estilo “punk” que me persigue.
El día que la llamé “Dinosaurio” no se inmutó, simplemente me respondió: “Coño DE madre” haciendo énfasis en el “de” como si fuese allí, donde radicara el improperio. Al rato y con cara de travesura completada, me apodó “Cocodrilo”. Toda vez que inquiría al respecto, recibía la misma respuesta de su parte: Risas, carcajadas.
Pienso que no tenía ni la más casquivana idea de por qué me endosaba aquel remoquete, pero lo cierto es que lograba el objetivo; no quedarse con esa.
“Es una loca” Dice quien recién la conoce. “Con esa loca, se goza una bola” argumentan quienes con ella comparten. ¿Cuándo salimos? le preguntan los hombres, ¿y te llamó el tipo? le preguntan las mujeres.
Dinosaurio es pragmática, llama de vez en cuando a sus hijos ya adultos y solo les pregunta en que andan: “¿Qué haces, guevón? ¡Ah, Ok! Bueno, ponte tu capuchita y no te metas en peos, cuidado con lo que te metes. Chao, un beso...” Luego dice toda circunspecta: “Los hijos no nos pertenecen, ellos tienen su propia vida...”
Ella es una lección de vida para muchos. A veces, el Cocodrilo sale a nadar en el río, sintiéndose hermoso a pesar de sus imperfecciones, entonces se percata de que una que otra garza posada en la orilla, le dedica al menos, una mirada. En ese momento, se acuerda de su ancestro el Dinosaurio...


El dibujo es de DINOFILATELIA

jueves, septiembre 14, 2006

El Disfraz

El disfraz poco a poco fue cambiando su esencia, hasta que se convirtió en un ente. La transformación solo se completo cuando aquella entidad recién formada, tuvo el suficiente poder como para manejar a quien lo portaba.
Ya no era un ser con capa y antifaz, si no dos seres. Cada uno con si propia identidad, solo que habitando el mismo espacio. Dos seres cuyas marcadas diferencias residían en su fuerza de voluntad y la enorme capacidad de influenciar al otro.
Allí estaban, uno dentro del otro pero increíblemente separados. No parecía real, uno fuerte, dominante e impulsivo, el otro débil, sumiso pero racional. Ambos dispuestos a soportarse pero queriendo a la vez deshacerse del lastre en el que se convertiría aquella convivencia.
Esa no podría ser una buena relación. ¿Adonde los llevaría? ¿Hasta cuando se soportarían? ¿Quién asumiría el control?
Como esas, muchas otras preguntas surgirían mas adelante, generando incertidumbre, temor, rabia, impotencia y odio. Sí, odio; porque ambos seres llegaron a odiarse. La impulsividad no siempre podía con la razón, y la racionabilidad no siempre lograba calmar los ánimos…
No obstante vivían, crecían y se hacían cada vez más fuertes. De allí que la pugna por el control se hiciera más y más difícil.
Llegado el momento, alguien sucumbiría. Pero no se sabe si quien resistiera con mayor vehemencia o quien atacara con más furia y vigor. Pero como ya se ha dicho, en algún momento alguien caería.
Soy fuerte, inteligente y no tengo porque soportar ni esperar por nada ni por nadie, además tengo derecho a lo que se me antoje – argumentaba uno - No es esa la manera en la que podrás vivir en paz y armonía - Respondía el otro.
Y así transcurrían los días…


sábado, septiembre 09, 2006

Las Wiccas (Para Isa y Nel)


Media noche, las Wiccas se reúnen, ya que la luna esta en pleno apogeo. Esbats, celebraciones que se realizan en cada mes, con luna llena. Septiembre, luna de la cosecha, pretexto para compartir y celebrarla.

Esta celebración es distinta, sólo dos. Dos Wiccas, deciden encontrarse, alejadas; muy alejadas del resto. Lejos, a la mayor distancia posible.

Solas tú y yo – dijo la de más experiencia a la otra – que no interrumpa nadie más.

Noche clara, cielo despejado y luna brillante. Dos jóvenes solitarias en el bosque de los misterios.

Tengo frío – anuncia Isa, la más joven – Debe ser así – responde Nel.

Nel, la más experimentada, tiene todo dispuesto para comenzar el aquelarre, un aquelarre para dos. Sostiene un bastón, un libro y un retoño de muerdago. Isa, la más joven, observa y aprende.

El ritual no es muy complicado, consta de invocaciones a la “Diosa” y al “Dios” y agradecimientos por todas las bendiciones. Pero estas wiccas incluyen algo más. Su agradecimiento por estar juntas, por pertenecerse una a la otra y por que su poder crece a través de la unión.

El ritual culmina, son las 12:40. Ambas se separan y dan por culminado el Esbats. La luna sigue brillando y sus almas están tranquilas, serenas y plenas.

El ritual se completó.

jueves, septiembre 07, 2006

Luis Pescetti

Gracias a un hada, de esas que pululan en la Blogósfera, conocí el trabajo de este señor:

Luis María Pescetti


Luis María Pescetti nació en San Jorge, provincia de Santa Fe, Argentina, en 1958.
Músico terapeuta, realizó estudios de: piano, canto, pedagogía musical, armonía y composición. Trabajó en rehabilitación de mujeres operadas de mama y con pacientes psiquiátricos, niños y adultos.
Fue profesor de música en preescolar, escuelas primarias, secundarias y Universidades. Trabajó para la Secretaría de Cultura de la Nación en el Plan Nacional de Lectura (Argentina).
Compositor de canciones infantiles, tiene tres discos: El vampiro negro, Cassette pirata y Bocasucia.
Miembro fundador del Movimiento de la Canción Infantil Latinoamericana y del Caribe.
Autor de varios libros de humor para niños, entre los que se destacan Caperucita Roja (tal como se la contaron a Jorge), Natacha, El pulpo está crudo, Historias de los señores Moc y Poc y Frin,
También escribió humor para adultos: Qué fácil es estar en pareja, La vida y otros síntomas; Copyright. El ciudadano de mis zapatos.

Yo, con premeditación, alevosía, descaro y abuso, me permití extraer de su sitio en la Web, una muestra de su obra (gracias Isa...)

Un cuento de amor y amistad (El Cuento de la caca)

Pablo, el que hacía caca en un establo, le dijo a Inés, la de la caca al revés, que si quería jugar con él y con Rubén, que hacía caca en un tren. Inés estaba con Sofía, la que hacía caca todo el día, y le contestó que no. Pablo, el de la caca para el diablo, se enojó. Justo pasaba por ahí la maestra Teresa, que hacía caca con frambuesa, y le dijo:
—Pablo, el que hace caca cuando le hablo, no le digas así a Inés, la de la caca de pez. Mejor andáte a jugar con Luis, el de la caca y el pis, o con Gustavo, el de la caca por centavo.
Pablo le contestó:
—Señorita Teresa, que hace caca con destreza, lo que pasa es que ellas, que hacen la caca tan bella, nunca quieren jugar con nosotros, que hacemos caca con otros.
La maestra Teresa, que hacía caca en una mesa, lo miró con mucho cariño a Pablo, el que hacía caca en un vocablo, y le dijo:
—¡Ay tesoro, el de la caca de loro! ¿no será que estás enamorado de ellas, que hacen caca con estrellas?
Justo llegaba Tomás, el de la caca das, y cuando oyó eso le dijo a la señorita, que hacía caca tan finita:
—Es verdad maestra, la que la caca le cuesta, él está muy enamorado de Sofía, la que hace caca en las vías.
Pablo se puso colorado de enojo y les contestó:
—¡No es cierto! Y vos, Tomás tomalosa, que hacés la caca en Formosa, vos gustás de Inés, que hace una caca por vez.
—¡Mentiroso! mirá, Pablo pableta, que hace la caca en bicicleta, mejor te callás.
Entonces la señorita Teresa, que tenía caca en la cabeza, los miró y les dijo:
—Pablo Pablito, caca de pajarito, y Tomás Tomasito, caca de perrito, ustedes son amigos y no tienen que pelearse ni por la caca enojarse. Por ahora vayan a jugar entre ustedes, que ya va a llegar el día en que esas niñas, con la caca en trensiñas, los buscarán para jugar.
Pablo y Tomás, salieron corriendo abrazados, haciendo caca de parados, y se olvidaron de preguntar si trensiñas quiere decir algo o nada más lo inventó la señorita haciendo caca con palabritas.

© Luis Pescetti