I
Reunión de brujas y hechiceros, en torno a una gran fogata. Fiesta dionisíaca que esta por comenzar. Cortejos y salutaciones se reparten por doquier. El aullido de un lobo y el ulular de un búho, anuncian que el aquelarre va a empezar.
Tambores y flautas suenan sin cesar, la música inunda el ambiente y todos embeben sus cuerpos en ella.
Las llamas suben hasta el cielo y el calor sofoca y arropa. Murmullos y susurros en un idioma ininteligible, danzas alocadas y frenéticas. Ritmo que se acelera, noche que huele a vino y luna.
Escalofríos que advierten la llegada de seres inenarrables e imprevisibles. Íncubos y Súcubos salen del fuego, poseyendo almas y profanando virtudes. Los que estaban, dejan de ser ellos, para ahora ser otros.
Desaparecen las caras y las identidades, quedando sólo carne y deseo. Lujuria desmedida y sin mesura.
Pan y Lilith comandan las huestes, toman las riendas y dirigen la batalla carnal. “Someted y penetrad” - ordena el – “Tomad sus vidas, hasta la última gota” – manda ella.
Los obedientes soldados continúan la lucha, se revuelcan, se rozan, se frotan, se apretujan. Muerden y besan sin compasión, mientras los comandantes observan, intercambian miradas lascivas y se reconocen a sí mismos, como los responsables de aquel amasijo de piel, fluidos y sexualidad.
Al despuntar el alba, cuerpos yertos amortajados por el rocío, despiertan y se incorporan. Algo que sucedió y culminó nadie sabe cómo, dejó una huella indeleble en sus conciencias.
Recogen sus vestidos y se disponen a marchar de vuelta a sus vidas, a sus temores, a sus anhelos, a sus errores. En sus cabezas, repiquetea un “Qué pasó”, en sus bocas, el sabor de lo sentido.
Desde el averno, Pan y Lilith se regodean: "Una vez más, hemos vencido."
En el cielo, ángeles y serafines se mofan: "Tontos, sólo sembraron en ellos, la semilla de la pasión... "
Reunión de brujas y hechiceros, en torno a una gran fogata. Fiesta dionisíaca que esta por comenzar. Cortejos y salutaciones se reparten por doquier. El aullido de un lobo y el ulular de un búho, anuncian que el aquelarre va a empezar.
Tambores y flautas suenan sin cesar, la música inunda el ambiente y todos embeben sus cuerpos en ella.
Las llamas suben hasta el cielo y el calor sofoca y arropa. Murmullos y susurros en un idioma ininteligible, danzas alocadas y frenéticas. Ritmo que se acelera, noche que huele a vino y luna.
Escalofríos que advierten la llegada de seres inenarrables e imprevisibles. Íncubos y Súcubos salen del fuego, poseyendo almas y profanando virtudes. Los que estaban, dejan de ser ellos, para ahora ser otros.
Desaparecen las caras y las identidades, quedando sólo carne y deseo. Lujuria desmedida y sin mesura.
Pan y Lilith comandan las huestes, toman las riendas y dirigen la batalla carnal. “Someted y penetrad” - ordena el – “Tomad sus vidas, hasta la última gota” – manda ella.
Los obedientes soldados continúan la lucha, se revuelcan, se rozan, se frotan, se apretujan. Muerden y besan sin compasión, mientras los comandantes observan, intercambian miradas lascivas y se reconocen a sí mismos, como los responsables de aquel amasijo de piel, fluidos y sexualidad.
Al despuntar el alba, cuerpos yertos amortajados por el rocío, despiertan y se incorporan. Algo que sucedió y culminó nadie sabe cómo, dejó una huella indeleble en sus conciencias.
Recogen sus vestidos y se disponen a marchar de vuelta a sus vidas, a sus temores, a sus anhelos, a sus errores. En sus cabezas, repiquetea un “Qué pasó”, en sus bocas, el sabor de lo sentido.
Desde el averno, Pan y Lilith se regodean: "Una vez más, hemos vencido."
En el cielo, ángeles y serafines se mofan: "Tontos, sólo sembraron en ellos, la semilla de la pasión... "
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(Continuará...)
3 comentarios:
¿Sinceramente?... No sé que decir.
No sé. ¿Espléndido? ¡bah!.
Supongo que después de todo, no hay tanto revuelo por el pecado y esas cosas...
;) Atento a lo que viene.
Saludos Bró.!
¡Ave María Purísima! Como decía mi abuelita después de hacerse muchas cruces. Parecería una especie de "orgía satánica", pero en realidad es una especie de retrato hablado de lo que un "individuo" sacrílego, casi que poseído por un delirio de grandeza megalómano se la pasa ahora haciendo con su verbo incendiario, inyectyando pasiones desmedidas en la mente de sus congéneres en medio de una orgía de dinero a manos llenas, desatando un infierno de apetitos. Felicitaciones estás lanzando por la goma mi hermano.Saludos.
En este mundo en el que "vivimos", a veces hasta la pasión se vuelve pecado, pero...Ya sabes que no creo en ellos (en los pecados, digo...)
Muy bien, va muy bien. Quedo atenta a lo que sigue, sí.
Cariños,
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