Hace un tiempo, nos reunimos un grupo de amigos, para realizar el siguiente ejercicio: A través de correos electrónicos, propusimos escribir lo que se nos viniera en gana y luego entre nosotros mismos, evaluaríamos el contenido de cada texto.
El resultado no fue el esperado, más bien fue otra cosa. Alguien envió su escrito y otros nos amalgamamos a esa primera historia.
Transcribiré textualmente cada escrito. De los autores, sólo daré pequeñas pistas acerca de su identificación (intentando salvaguardar sus verdaderas identidades).
El presente trabajo, quedará para la posteridad, como un ejemplo de lo prolija que puede resultar la imaginación y la creatividad del ser humano (¡Caramba!).
No se trata de realizar un plagio, mucho menos un “fusilamiento”, pero sí de armar “algo”, para presentarlo a extraños con ayuda de conocidos, sin que estos últimos necesariamente se den por enterados. Si lo hacen, ya es bajo su propia responsabilidad nemotécnica.
A continuación, el ejercicio:
El resultado no fue el esperado, más bien fue otra cosa. Alguien envió su escrito y otros nos amalgamamos a esa primera historia.
Transcribiré textualmente cada escrito. De los autores, sólo daré pequeñas pistas acerca de su identificación (intentando salvaguardar sus verdaderas identidades).
El presente trabajo, quedará para la posteridad, como un ejemplo de lo prolija que puede resultar la imaginación y la creatividad del ser humano (¡Caramba!).
No se trata de realizar un plagio, mucho menos un “fusilamiento”, pero sí de armar “algo”, para presentarlo a extraños con ayuda de conocidos, sin que estos últimos necesariamente se den por enterados. Si lo hacen, ya es bajo su propia responsabilidad nemotécnica.
A continuación, el ejercicio:
.
.
“Dani” –que para aquel entonces, contaba con 16 años – escribió:
.
.
“De: Dani
Fecha: 11/14/04 09:42:23
Para: Los Muchachos
Asunto: Obsesión
Este es un cuentito que escribí para lengua española, espero que les guste...
OBSESIÓN
Hoy, un día como cualquiera, llegó atroz el remolino de viento que solía resoplar cada día a la misma hora, todo era normal, al parecer hoy tampoco vendrías. Ella en algún momento fue la que convirtió mis noches en día, aquella que hizo que mis pensamientos volaran cual pájaros al viento, aquella que se adueñó de mi corazón y mi alma, esa que me traicionó e hizo añicos de mi cuerpo destajándome poco a poco carcomiendo cada uno de mis sentidos, yo la amaba, aún la amo.
Y es que mi problema es que soy un poco curioso. La conocí una tarde de mayo alrededor de las cinco, en un viejo café que hacía esquina en una calle empedrada, aquella chica de cabellos largos y enredados color canela fuerte y esos ojos negros penetrantes que me volvían loco, sus mejillas carmín y sus labios rosas y esa piel, esa piel que tantas noches soñé, esa piel tan blanca y suave, tan delicada como los pétalos de las calas, ¡Cómo la amé señorita!...
Todas las tardes la veía tomar su té de las cinco en el mismo sitio, la misma mesa, el mismo tipo de panecillo, día tras día la seguí, noche tras noche la sentí entre mis brazos. Aún recuerdo muy bien, cómo te besaba y acariciaba en los parques y plazas, me encantaba verte sonreír cuando te obsequiaba algún detalle, pero gracias a ti todo se derrumbó aquel día en que te vi con un sujeto muy extraño en aquel café, tomando contigo el té de las cinco, ¡cómo te odié! Te odié tanto, tanto...
Nunca lo pude superar, tal fue mi odio que esperé a verte a las cinco en sitio acostumbrado para tomar el té y para mi suerte estabas sola, coloqué esta droga en tu bebida, te llevé a mi cabaña adentrada en el bosque y me divertí contigo un rato.
Recuerdo cómo tomé tus hermosas muñecas y las até fuertemente a una mesa, hice lo mismo con tus preciosos tobillos, allí estabas tú sin ropa y a mi merced, esperé a que despertaras, en cuanto lo hiciste tomé mi navaja y la deslicé suavemente desde tu pecho hasta tu vientre, no pude evitar el ser curioso esta vez, lentamente noté como tu sangre corría desde tu cuerpo, bañaba a la mesa y llegaba hasta el suelo de la cabaña, tus órganos internos aún palpitantes fueron extirpados uno a uno, con calma, no había prisa alguna y luego fueron colocados en envases separados, no sabíamos si los utilizaríamos después.
Yo podía ver tu dolor mientras hacía esto pero no se comparaba con todo lo que tú me hiciste sufrir a mí cuando me traicionaste..
Al final del día rellené tu cuerpo con algodón y lo zurcí, luego te bañé, te vestí, te peiné, te perfumé y te acosté muy dulcemente en la cama, allí estabas tú tan pacífica y bella como siempre, te besé y me alejé de esa cabaña para nunca más volver. Ahora, todos los días a las cinco de la tarde espero que vuelvas con tu radiante sonrisa a pedir tu té y tu panecillo de pasas, pero sé que esta tarde no vendrás... Lástima que nunca te conocí mi bella dama...”
Fecha: 11/14/04 09:42:23
Para: Los Muchachos
Asunto: Obsesión
Este es un cuentito que escribí para lengua española, espero que les guste...
OBSESIÓN
Hoy, un día como cualquiera, llegó atroz el remolino de viento que solía resoplar cada día a la misma hora, todo era normal, al parecer hoy tampoco vendrías. Ella en algún momento fue la que convirtió mis noches en día, aquella que hizo que mis pensamientos volaran cual pájaros al viento, aquella que se adueñó de mi corazón y mi alma, esa que me traicionó e hizo añicos de mi cuerpo destajándome poco a poco carcomiendo cada uno de mis sentidos, yo la amaba, aún la amo.
Y es que mi problema es que soy un poco curioso. La conocí una tarde de mayo alrededor de las cinco, en un viejo café que hacía esquina en una calle empedrada, aquella chica de cabellos largos y enredados color canela fuerte y esos ojos negros penetrantes que me volvían loco, sus mejillas carmín y sus labios rosas y esa piel, esa piel que tantas noches soñé, esa piel tan blanca y suave, tan delicada como los pétalos de las calas, ¡Cómo la amé señorita!...
Todas las tardes la veía tomar su té de las cinco en el mismo sitio, la misma mesa, el mismo tipo de panecillo, día tras día la seguí, noche tras noche la sentí entre mis brazos. Aún recuerdo muy bien, cómo te besaba y acariciaba en los parques y plazas, me encantaba verte sonreír cuando te obsequiaba algún detalle, pero gracias a ti todo se derrumbó aquel día en que te vi con un sujeto muy extraño en aquel café, tomando contigo el té de las cinco, ¡cómo te odié! Te odié tanto, tanto...
Nunca lo pude superar, tal fue mi odio que esperé a verte a las cinco en sitio acostumbrado para tomar el té y para mi suerte estabas sola, coloqué esta droga en tu bebida, te llevé a mi cabaña adentrada en el bosque y me divertí contigo un rato.
Recuerdo cómo tomé tus hermosas muñecas y las até fuertemente a una mesa, hice lo mismo con tus preciosos tobillos, allí estabas tú sin ropa y a mi merced, esperé a que despertaras, en cuanto lo hiciste tomé mi navaja y la deslicé suavemente desde tu pecho hasta tu vientre, no pude evitar el ser curioso esta vez, lentamente noté como tu sangre corría desde tu cuerpo, bañaba a la mesa y llegaba hasta el suelo de la cabaña, tus órganos internos aún palpitantes fueron extirpados uno a uno, con calma, no había prisa alguna y luego fueron colocados en envases separados, no sabíamos si los utilizaríamos después.
Yo podía ver tu dolor mientras hacía esto pero no se comparaba con todo lo que tú me hiciste sufrir a mí cuando me traicionaste..
Al final del día rellené tu cuerpo con algodón y lo zurcí, luego te bañé, te vestí, te peiné, te perfumé y te acosté muy dulcemente en la cama, allí estabas tú tan pacífica y bella como siempre, te besé y me alejé de esa cabaña para nunca más volver. Ahora, todos los días a las cinco de la tarde espero que vuelvas con tu radiante sonrisa a pedir tu té y tu panecillo de pasas, pero sé que esta tarde no vendrás... Lástima que nunca te conocí mi bella dama...”
.
.
“Bodhisattva” – que para ese entonces, tenía más edad que ahora – respondió:
.
.
“De: Bodhisattva
Fecha: 11/15/04 12:51:55
Para: Los muchachos
Asunto: Obsesión-Ada
Hoy como cada tarde, me apresuro a tu encuentro, sé que estás allí,
aguardándome, esperando esa señal para nuestro definitivo encuentro. He venido todas las tardes a la misma hora y misma mesa desde aquella fresca tarde de mayo en que por primera vez noté tu presencia.
Te recuerdo tímido y a la vez vivaz, tu rostro y tu cuerpo me mostraban al ser apasionado que soñaba sobre mi cuerpo, tenías un no se qué que inmediatamente despertó en mí las ganas de que fueras alocadamente mío, por siempre, para siempre.
Ayer casi no pude observarte, el vendedor de enciclopedias, a quien tantas veces he dado evasivas, me siguió desde el trabajo hasta el café, no te imaginas lo que pasaba por mi mente mientras él intentaba en su charla venderme sus títulos... "En esta enciclopedia podrá encontrar los viajes maravillosos de Alejandro Magno..." ... y allí estábamos los dos, cabalgando desnudos para conquistar nuevas tierras...
Por eso hoy vine definitivamente a tu encuentro...
Solo siento un sordo silencio, hay vacuidad, serenidad... Estoy y no estoy, soy y no soy... se siente bien... creo que faltó algo por decir en algún lugar y en algún momento... aquí no hay tiempo ni espacio... igual volví para concluir algo y sólo se me ocurre decir:
Hola, me llamo Ada.”
Fecha: 11/15/04 12:51:55
Para: Los muchachos
Asunto: Obsesión-Ada
Hoy como cada tarde, me apresuro a tu encuentro, sé que estás allí,
aguardándome, esperando esa señal para nuestro definitivo encuentro. He venido todas las tardes a la misma hora y misma mesa desde aquella fresca tarde de mayo en que por primera vez noté tu presencia.
Te recuerdo tímido y a la vez vivaz, tu rostro y tu cuerpo me mostraban al ser apasionado que soñaba sobre mi cuerpo, tenías un no se qué que inmediatamente despertó en mí las ganas de que fueras alocadamente mío, por siempre, para siempre.
Ayer casi no pude observarte, el vendedor de enciclopedias, a quien tantas veces he dado evasivas, me siguió desde el trabajo hasta el café, no te imaginas lo que pasaba por mi mente mientras él intentaba en su charla venderme sus títulos... "En esta enciclopedia podrá encontrar los viajes maravillosos de Alejandro Magno..." ... y allí estábamos los dos, cabalgando desnudos para conquistar nuevas tierras...
Por eso hoy vine definitivamente a tu encuentro...
Solo siento un sordo silencio, hay vacuidad, serenidad... Estoy y no estoy, soy y no soy... se siente bien... creo que faltó algo por decir en algún lugar y en algún momento... aquí no hay tiempo ni espacio... igual volví para concluir algo y sólo se me ocurre decir:
Hola, me llamo Ada.”
.
.
“¿?” – es decir, otra persona que “obviamente” no soy yo y que tenía la misma edad que ahora – completé, es decir, completó con lo siguiente:
.
.
“De: ¿?
Fecha: 11/15/04 18:06:23
Para: Los Muchachos
Asunto: Observando la obsesión
Que tarde tan triste, esta de Mayo. Que soledad se respira en mi cuarto. Ja! De qué me quejo? Es la misma soledad de siempre, la que me sigue a cada esquina de esta desolada habitación, cada tarde triste de Mayo. Y de Enero, y de Febrero, de Abril...
Mi ventana, mi adorada ventana. El puente hacia lo que existe y que no
guarda relación con mi etérea vida. A través de ella escapo, a través de ella huyo, me libero de mis ataduras, de mis cadenas, malditas cadenas.
Son las cinco, allí estará ella. Mi amiga. - Hola! Hola! Me escuchas?
No, no me oye - Hey, soy yo! Aquí, arriba, mírame.
No, no me mira.
Que bella estas hoy amiga, que lindos tu cabellos largos enredados, color canela fuerte. Tus ojos de ópalo y tus mejillas color pasión, color que nunca conoceré. No importa, me conformo con mirarte, con olerte, con sentirte a través del vidrio de mi ventana.
Allá voy, me escapare como otras veces y tomare de tu té, comeré de tu
panecillo y viviré en tus historias. Seré cada letra de tu libro, cada
noticia de tu periódico, cada hoja que cae a tu lado. Estoy allí, si, estoy allí.
Pero que haces tonto? Otra ves tus estúpidas enciclopedias, tus insulsos libros. Que no te das cuenta? Molestas, sobras. Vete de aquí! No ves que estamos ocupados? Conversamos, nos miramos, nos tocamos. Que no te das cuenta? Nos amamos.
Y ahora que? No, no puede ser. El gaznápiro de la mirada curiosa. Otra tarde, otra tarde aquí. Por qué aquí? No me engañas, esa mirada triste me dice mucho. Ese caminar zigzagueante, parsimonioso, calmo, expectante, que terrible combinación. No, no me engañas. No eres bueno, no puedes ser bueno.
Que haces? Otra vez la miras? Que tanto ves? - No le hagas caso amiga, ven.
Ven conmigo, no lo escuches, no lo veas, no. No lo veas, no lo escuches, no dejes que se acerque...
Maldita tarde triste, que fatuo presentimiento. Mis cadenas, malditas sean mis cadenas. No lo veas, amiga. No lo escuches. -Hey tu! El de la mirada curiosa, a veces triste y otras vivaz. Ven por mi, llévame a mi.
Te conozco demonio, te conozco. Se quien eres, te he visto en mis sueños, en mis pesadillas. Ven por mi, íncubo, déjala a ella y ven por mi...
Que triste tarde, que sola y vacía tarde. Otro día, otro triste, solo y vacío día. - Hey tu! El de las enciclopedias. Haz visto a mi amiga? Si, la de los panecillos y el te de las cinco. No sabes nada?
Donde estas amiga? Donde estas?”
Fecha: 11/15/04 18:06:23
Para: Los Muchachos
Asunto: Observando la obsesión
Que tarde tan triste, esta de Mayo. Que soledad se respira en mi cuarto. Ja! De qué me quejo? Es la misma soledad de siempre, la que me sigue a cada esquina de esta desolada habitación, cada tarde triste de Mayo. Y de Enero, y de Febrero, de Abril...
Mi ventana, mi adorada ventana. El puente hacia lo que existe y que no
guarda relación con mi etérea vida. A través de ella escapo, a través de ella huyo, me libero de mis ataduras, de mis cadenas, malditas cadenas.
Son las cinco, allí estará ella. Mi amiga. - Hola! Hola! Me escuchas?
No, no me oye - Hey, soy yo! Aquí, arriba, mírame.
No, no me mira.
Que bella estas hoy amiga, que lindos tu cabellos largos enredados, color canela fuerte. Tus ojos de ópalo y tus mejillas color pasión, color que nunca conoceré. No importa, me conformo con mirarte, con olerte, con sentirte a través del vidrio de mi ventana.
Allá voy, me escapare como otras veces y tomare de tu té, comeré de tu
panecillo y viviré en tus historias. Seré cada letra de tu libro, cada
noticia de tu periódico, cada hoja que cae a tu lado. Estoy allí, si, estoy allí.
Pero que haces tonto? Otra ves tus estúpidas enciclopedias, tus insulsos libros. Que no te das cuenta? Molestas, sobras. Vete de aquí! No ves que estamos ocupados? Conversamos, nos miramos, nos tocamos. Que no te das cuenta? Nos amamos.
Y ahora que? No, no puede ser. El gaznápiro de la mirada curiosa. Otra tarde, otra tarde aquí. Por qué aquí? No me engañas, esa mirada triste me dice mucho. Ese caminar zigzagueante, parsimonioso, calmo, expectante, que terrible combinación. No, no me engañas. No eres bueno, no puedes ser bueno.
Que haces? Otra vez la miras? Que tanto ves? - No le hagas caso amiga, ven.
Ven conmigo, no lo escuches, no lo veas, no. No lo veas, no lo escuches, no dejes que se acerque...
Maldita tarde triste, que fatuo presentimiento. Mis cadenas, malditas sean mis cadenas. No lo veas, amiga. No lo escuches. -Hey tu! El de la mirada curiosa, a veces triste y otras vivaz. Ven por mi, llévame a mi.
Te conozco demonio, te conozco. Se quien eres, te he visto en mis sueños, en mis pesadillas. Ven por mi, íncubo, déjala a ella y ven por mi...
Que triste tarde, que sola y vacía tarde. Otro día, otro triste, solo y vacío día. - Hey tu! El de las enciclopedias. Haz visto a mi amiga? Si, la de los panecillos y el te de las cinco. No sabes nada?
Donde estas amiga? Donde estas?”
.
.
Ha pasado cierto tiempo, desde este ejercicio. Estoy seguro de que actualmente cambiaríamos y corregiríamos muchas cosas. Sin embargo, lo interesante de todo esto, es lo prolija que puede resultar nuestra imaginación (sí, ya lo dije).
Por otro lado, me permite traer a colación, un tema por demás fascinante, que leí en Internet:
“Por las calles del mini-texto”, Fedosy Santaella, Caja virtual, Miércoles 12 de Julio de 2006.
No voy a ahondar en más detalles; pienso que con leer cada texto y la referencia, es suficiente.
Mi cuñada, mi hija y yo… ¡OH! Disculpen. ¿Podrían obviar esto último?
¡Eh! Mis “amiguitos” y yo, queremos invitarlos a hacer lo propio con sus respectivos grupos o conocidos. Créanme que es un muy buen ejercicio de creatividad.
Saludos
Por otro lado, me permite traer a colación, un tema por demás fascinante, que leí en Internet:
“Por las calles del mini-texto”, Fedosy Santaella, Caja virtual, Miércoles 12 de Julio de 2006.
No voy a ahondar en más detalles; pienso que con leer cada texto y la referencia, es suficiente.
Mi cuñada, mi hija y yo… ¡OH! Disculpen. ¿Podrían obviar esto último?
¡Eh! Mis “amiguitos” y yo, queremos invitarlos a hacer lo propio con sus respectivos grupos o conocidos. Créanme que es un muy buen ejercicio de creatividad.
Saludos
3 comentarios:
Primero aclaro que... bueno, ya lo sabes, no tengo un grupo creativo, y mucho menos me pongo a compartir cosas con conocidos, llamémosle pena al señor.
El Sr. Pena, no se por qué, pero me cohíbe de hacerlo... Larga historia. Por eso tengo un blog.
Ahora bien. ¿Que tal los resultados?
Ya sabes que diré, la de Dani, de 16, WOW! wow! wow!... Quedé encantado. Muy encantado; dígale que me fascinó ¿si?... La siguiente reveló algo más... y la tercera de ese ser desconocido, noté el estilo, y lo mmmm ¿Cómo decirle?... lo misterioso o enigmático fue lo que me atrapó de este..
Y, aunque se tratara de “fusilamientos” como dices, créeme, que no se notaría en lo absoluto, o al menos, caramba!, sería muy difícil...
Saludos Lémur... Ocupado, pero igual pasando.
es increible como de una misma idea, puedes encontrar escritos diferentes, es que en los tres se plantea como ciertos conceptos y el enfoque es diferente, el primero, es genial, es como yo y muchas tendriamos a alguien que nos ha echo sufrir...jajja, el segundo te deja pensando en esa inseguridad, que te confunde no sabes si buscarlo o dejar que te busquen, me fui identificando, el ultimo, sin comentario, solo me resta decir, que ese estilo mas profundo, me encanta, por eso vuelvo aca cada vez , buscando no se que solo el placer de leerte
dejo suaves caricias
llegue de mis vacaciones, y vine a ver en que estas?, espero que bien
besos con destellos de nostalgia
yo quiero hacer este ejercicio contigo, elige el tema y escribimos algo, un cuento, un poema, o solo un escrito .... te tinca, las vacaciones me dejaron tan relajada que mi creatividad esta descansando asi que ni un tema puedo pensar...jajja
dejo suaves caricias
y un enorme beso
me lo haces saber oka
Publicar un comentario