sábado, enero 12, 2008

¡Coño, carajo...!

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Flojazo decidió que para esta navidad, sí recibiría a San Nicolás. Para ello construyó una chimenea en su apartamento, compró galletas y tras un gran esfuerzo y seis horas de cola, consiguió leche. Jamás imaginó que esa decisión, no sería la mejor. La chimenea ahora está clausurada y, las cenizas de una criatura peluda con grandes dientes y enormes ojos que vestía un traje rojo, gorro del mismo color con borla blanca en la punta y botas negras, reposan en una caja de madera adornada con antiguos y misteriosos jeroglíficos.

-¡Coño, carajo, mataron al Grinch!- Gritó la hija.
-Que no es el Grinch- Replicó Flojazo.
-Que sí lo es, ¡imbécil!
-¡Que soy tu padre!
-Y yo, tu hija.
-Okey.

El problema ahora radicaba en qué hacer con el cuerpo. Flojazo, dados sus conocimientos en magia negra, necromancia, histeria colectiva y, pirotecnia, resolvió que el cadáver debía ser incinerado. Su hija seguía lamentándose pero, Flojazo estaba convencido de que a pesar de lo verdusco del pelaje, el cuerpo pertenecía a un licántropo.

-Utilizaremos la chimenea para cremarlo.
-Mi mamá se va a arrechar.
-¿Por qué?
-Porque se manchó la alfombra.
-Está dormida.
-¿La alfombra?
-Tu mamá.
-¡Ah!

Para Flojazo, lo de la alfombra pasó a un segundo plano. Lo realmente importante era, qué hacer con el cuerpo.

-Busca qué cosas utilizar para encender el fuego en la chimenea.
-Aquí está la pata de palo del abuelo Taylor.
-Deja eso en su sitio.
-Pero tu dijiste que…
-Busca otra cosa.
-La mecedora de la abuela.
-Ayuda, ¿quieres?, ayuda.
-¿Tu colección de guías telefónicas?
-Mejor tus afiches de rockeros indeseables.
-Y por que no tus…
-Shsssssssssss. Tú mamá se va a despertar.
-Usa un sweater viejo de la abuela.
-¡Coño!, ¿quieres incendiar el apartamento?

Al fin, Flojazo y su hija consiguieron con qué iniciar la fogata en donde cremarían los restos de aquella criatura, los cuales ya saben en donde reposan actualmente.

Pasadas un par de horas, Flojazo escribía una carta para los Reyes Magos mientras sumergía una galleta en el vaso de leche:

“Queridos Reyes Magos, necesito otra caja de balas de plata…”

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2 comentarios:

Joseín Moros dijo...

Feliz 2008!!
Muy buen comienzo.
Saludos.

Anónimo dijo...

555555555555

Al menos mataste al Grinch y no al niño Jesús... hubieses sido más eficiente que Herodes!!!