martes, septiembre 11, 2007

Flojazo y los Cestatickets


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Flojazo se desplazaba a toda velocidad, volando por los aires montado en su indestructible tabla de surf cósmica plateada. En una mano llevaba un talonario de cestatickets y en la otra, una lista de productos.

Dos cuadras antes de llegar al supermercado y mientras la luz del semáforo estaba en rojo, revisó nuevamente la lista de productos. Justo en ese preciso instante, cayó en cuenta de que nuevamente su hija, lo había manipulado a su antojo.

“¡Chanfle!, otra vez. Ya le había dicho que agarrara sus benditos cestatickets y fuese ella misma a comprar sus vainas...”, se decía en voz alta a sí mismo. “Papi, que no se te olvide el cereal y las toallitas sanitarias”, releyó, también en voz alta.

“Hasta cuándo. Pero es la última vez. Juro por Zeus y la tía barbuda, que será la última vez que me mande a comprar algo. Habráse visto semejante insolencia. La pequeña lobata, mandando al gran macho alfa. Y con los cestatickets, ella sabe que no los uso, que no me gustan, que odio las colas que se forman de gente pagando con cestatickets, que siempre termino pagando con mis reales. La última. No, qué última, ya verán lo que voy a hacer... ”, continuaba refunfuñando.

La luz cambió a verde y cuando Flojazo estuvo a punto de dar la vuelta en “U” para regresarse a su casa, un repentino pensamiento cruzó por su cabeza haciendo que le cambiara el semblante.

“Qué tal si esta vez, soy yo el que forma la cola en el supermercado”

Flojazo cambió de parecer y prosiguió su camino. Cumpliría con la encomienda, pero esta vez, sacaría partido de la situación.

“Voy a utilizar los cestatickets. Buscaré al imberbe de la caja seis, el macilento. Le entregaré los tickets, uno a uno. Los voy a despegar poco a poco, con sumo cuidado. Sumaré, restaré y multiplicaré varias veces y cuando vea que la gente comienza a sudar, dejaré caer lo tickets al suelo. Los levantaré y limpiaré con parcimonia y dedicación. De manera ramplona mojaré mi dedo pulgar con saliva y, empezaré o a contar de nuevo, uno a uno. La venganza señores, la venganza del “Cestatickero enmascarado”, muuuaaajajajajajajaja...”

Esas y muchas otras cosas pensaba Flojazo mientras urdía su plan. Tanto fue el tiempo invertido en la preparación de su vendetta, que al llegar a las puertas del supermercado, el mismo papanatas de la caja seis, era quien bajaba la santamaría y le indicaba que por hoy ya estaba bueno, suficiente, mucho cliente, mucho trabajo, había que descansar, hasta mañana...

Indignación e impotencia era lo que brotaba de sus poros. Flojazo sentía como en sus antebrazos, comenzaban a deslizarse las garras retráctiles de adamantium, prestas a salir y destrozar cualquier cosa. Pero se contuvo, esta vez no.

El teléfono celular sonó, “papi, no te olvides de...”

Abordando su tabla, salió en busca de otro sitio donde poder descargar su ira, ejecutando su plan, pero ahora, con más saña. Finalmente consiguió el lugar, un pequeño comercio de esos regentado por Lusitanos.

“El Heraldo, ha llegado”

No había mucha gente, pero sí la suficiente para generar una incomoda y exasperante situación. Se bajó y, antes de traspasar los límites de la caja registradora, el “Portu”, percatándose de lo que llevaba en la mano, le advirtió:

“Nou, aquei nou aceitamus ceistatickeissh”

Domingo en la tarde. Escasos veinte minutos para que comenzara “El Cadáver de la Novia”. No había tiempo. Era Tim Burton, o uno de estos supermercado “Xpress”. Era llevar el cereal, las toallitas sanitarias y el resto de las cosas, o dejarlo así y aguantarse el chaparrón de la matriarca, “nunca le puedes hacer un pequeño favor a la niña, y eso que es tu hija, ay sí, ¿no y que la quieres mucho?, ¿que das la vida por ella?, ¿entonces?, ¿qué haces ahí parado sin nada mejor que hacer?, qué película ni qué nada, ya es la tercera vez, ¿te la estás aprendiendo para un examen?, hasta cuándo viendo muñequitos ¡Madura!...”

Por enésima vez, Flojazo juró que sería la última...
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2 comentarios:

Joseín Moros dijo...

Visitar tu blog es una sesion de risoterapia.
Saludos.

JCZ dijo...

Gracias hermano. Se hace lo que se puede (Jejé!)

Saludos